Tras cuatro años de investigación y cuatro meses de juicio, Gisèle Pelicot ha conocido el castigo que tendrá su exmarido, Dominique Pelicot, y los 50 hombres acusados de violarla. Durante casi una década, esta mujer fue drogada por el que fue su esposo, que invitó a decenas de desconocidos a abusar de ella, todo ello frente a una cámara. Los tribunales han considerado a todos los implicados culpables y han impuesto penas que van desde los 3 a los 15 años de cárcel, con especial castigo para Dominique Pelicot, para quien han decretado la pena máxima de prisión: 20 años de cárcel.
“Este proceso ha sido una prueba muy difícil”, ha valorado Gisèle Pelicot, tras conocer la sentencia. La septuagenaria ha dedicado unas palabras a sus hijos, nietos y nueras “por los que llevo esta lucha”, así como a “todas las víctimas no reconocidas”. “Quiero que sepáis que compartimos la misma batalla”, ha dicho la mujer, que se ha convertido en un icono feminista en el país y en todo el mundo.
Gisèle Pelicot decidió en septiembre, a inicios del proceso judicial, que las vistas se llevarían a puerta abierta. “Quise abrir las puertas de este juicio para que la sociedad pudiera seguir los debates que se han mantenido”, ha explicado la mujer. “Nunca he lamentado esta decisión”, ha asegurado. La publicidad de las vistas ha permitido que la sociedad conociese el sufrimiento vivido durante nueve años por Gisèle, que calcula haber pasado “más de 200 violaciones” en ese tiempo.
La traición que sintió por su marido, un “hombre ejemplar” con el que pasó 50 años de su vida, se unió al dolor físico y psicológico, secuelas de una década de abusos cometidos bajo el silencio patriarcal. Decenas de hombres acudieron a los encuentros organizados por Dominique Pelicot y ninguno solo, ni siquiera los que rechazaron la invitación, fueron capaces de alertar a las autoridades. Aun detenidos, investigados y condenados, todavía algunos niegan haber cometido un delito: defienden que fueron engañados, manipulados o, incluso, que tenían el consentimiento del marido y con eso era suficiente.
Gisèle respeta la decisión del tribunal, pero sus hijos están decepcionados
Los magistrados han impuesto penas de cárcel que van desde los 3 a los 15 años, mucho más bajas que las solicitadas por la fiscalía y, en la mayoría de los casos, por debajo de la media para el delito de violación en el país (11 años), algo que ha sorprendido e indignado a muchos, debido a la gravedad del caso. En la calle, los manifestantes reunidos a las puertas del tribunal han clamado contra la justicia, que acusan de “cómplice” de los agresores. Seis de los acusados quedarán libres desde este jueves, pues han cumplido la totalidad o gran parte de su condena en prisión provisional.
Algunos medios franceses han reportado la reacción de los hijos de Gisèle Pelicot: según un miembro de la familia, están “decepcionados con las penas bajas” que han recibido los implicados en el sufrimiento de su madre. Gisèle Pelicot, sin embargo, apenas ha dedicado unos segundos a valorar la sentencia: “Respeto al tribunal y la decisión del veredicto”, ha contestado rápidamente a los periodistas.
La sentencia ha puesto punto y final al caso de las violaciones de Mazan, un proceso judicial que ha dado la vuelta al mundo no solo por lo escabroso el relato, sino por la actitud de Gisèle Pelicot, que en todo momento ha mantenido la cabeza alta para “que la vergüenza cambie de bando”. Gisèle Pelicot ha querido agradecer a quienes le han expresado su apoyo en estos meses, así como a los periodistas que han seguido el caso desde el inicio y a sus abogados, para los que guarda un profundo “reconocimiento y estima” por haberla “acompañado en todo este camino”.
Entre vítores y aplausos, Gisèle ha abandonado el Palacio de Justicia por última vez, a sabiendas de que su marido cumplirá su castigo. “Confío a día de hoy en nuestra capacidad de buscar de forma colectiva un futuro en el que cada uno, hombre y mujer, pueda vivir en armonía, en el respeto y la comprensión mutua”, ha reflexionado.