El pasado año, muchas actrices se animaron a denunciar prácticas abusivas y violencia sexual en el entorno cinematográfico por parte de hombres que asumían cargos de poder. El movimiento, que fue denominado como ‘El MeToo español’, acabó desinflándose y con contadas acusaciones a los cineastas Eduard Cortés, Carlos Vermut o Armando Ravelo.
“Hay personas que se han atrevido a informar de la agresión sexual sufrida a manos de un compañero o de haberse enterado de que determinada persona va a estar en el elenco y la productora se desentiende completamente”, comentó Alba Planas en Kinótico. Justificándose en el miedo a las represalias, estas voces comenzaron a apagarse hasta quedarse guardadas en un cajón. Pero, parece que el movimiento vuelve a cobrar fuerza y, desde hace unas semanas, no se habla de otra cosa en el entorno del séptimo arte.
La actriz española Macarena Gómez, conocida por su papel en La que se avecina, fue cuestionada por ello junto a su marido, Aldo Comas, en la gala de los Premios Forqué el pasado sábado. Ante las preguntas de los periodistas sobre las denuncias de acoso sexual en el mundo del cine, ambos expresaron su apoyo a las víctimas, pero también resaltaron la importancia de respetar la presunción de inocencia de los acusados, especialmente en ausencia de una denuncia formal.
“Estamos creando una caza de brujas que para mucha gente ha sido injusta; ahora todos los hombres están asustados”, comenzaron diciendo durante el evento. Mientras Comas añadió: “Que se denuncie, que se vaya a la policía y no a Instagram, que se acuda a los juzgados y no a la televisión, que se recurra a las instancias donde se debe reportar algo tan grave”.
“Han caído justos por pecadores, todos los tíos cagados. Pero se ha de hacer, está superbién, pero hay que ir con cuidado porque ya estamos hablando de un tema mayor”, indicó el guionista. Unas declaraciones que generaron una ola de críticas en redes sociales, donde muchos cuestionaron el tono y el enfoque de sus comentarios. Y es que, aunque inicialmente la actriz aseguró que “no piensa en la repercusión que tienen las cosas que dice”, hace unas horas decidió emitir un comunicado con el fin de aclarar su postura y dar por cerrada la controversia.
“Que se castigue con total contundencia conforme a la Ley”
“Ante la polémica suscitada por mis recientes declaraciones sobre una cuestión tan grave como las agresiones sexuales, quisiera aclarar lo siguiente”, empieza el comunicado. En el que explica que, “como no puede ser de otro modo, estoy frontalmente en contra y condeno enérgicamente cualquier tipo de abuso o agresión, física o psicológica, que lamentablemente sufren muchas mujeres hoy en día”.
Además, defiende sus palabras en base a la “libertad de expresión y en el derecho a opinar por el canal o medio que cada uno considere oportuno, pero creo de igual forma en la presunción de inocencia y en la labor de los tribunales como garantes de la justicia y de los derechos y libertades de todos los ciudadanos”.
La intérprete incide en sus pensamientos como demócrata, mediante los cuales aspira "a que cualquier tipo de agresión sea perseguida y juzgada por quienes tienen potestad para ello, animando a las víctimas a denunciar estos hechos ante las autoridades para que se castigue penalmente y con total contundencia a quien así lo merezca conforme a la Ley".
Y, por último, zanja la polémica pidiendo perdón a todas aquellas personas que se hayan sentido ofendidas al malinterpretar sus palabras y reitera “nuevamente mi apoyo y mi solidaridad con quienes hayan sido víctimas de una agresión o abuso”.
A pesar del comunicado, las opiniones siguen divididas. Mientras algunos aplauden la aclaración como un gesto necesario, otros consideran que sus declaraciones iniciales fueron poco sensibles y reflejan una falta de comprensión sobre las dinámicas de las denuncias públicas en casos de abuso.