Qué pasa si el hijo o nieto que recibe la herencia es un heredero menor de edad

Actualmente, la ley permite que los menores de edad hereden, pero debido a su incapacidad legal para actuar por sí mismos, necesitan de un representante adulto para gestionar su participación

Guardar
Abuelo echando té a la taza de su nieto (freepik)
Abuelo echando té a la taza de su nieto (freepik)

Cuando una persona fallece dejando como herederos a menores de edad, el proceso de sucesión adquiere una serie de particularidades legales. La ley busca garantizar en todo momento el bienestar de los menores, pero también puede dar lugar a situaciones complejas, especialmente cuando no existe un testamento que oriente las decisiones. A continuación, analizamos los aspectos más relevantes de este tema, basándonos en información proporcionada por Navarro y Navarro, abogados expertos en la materia.

Actualmente, la ley permite que los menores de edad hereden, pero debido a su incapacidad legal para actuar por sí mismos, necesitan de un representante adulto para gestionar su participación en la herencia. Habitualmente, los padres asumen este papel como titulares de la patria potestad. Sin embargo, surgen requisitos adicionales en casos como el rechazo de una herencia. Para proteger los intereses del menor, esta decisión necesita la autorización de un juez. Excepcionalmente, si el menor tiene 16 años, puede realizar este trámite de manera independiente mediante una escritura pública ante notario.

La gestión de la herencia cuando ambos padres han fallecido

En caso de que ambos progenitores hayan fallecido, la situación se complica, sobre todo si no hay un testamento. Un testamento puede designar a una persona para administrar el patrimonio heredado por los menores, siendo recomendable nombrar suplentes en caso de que el designado principal no pueda cumplir esta función. En ausencia de un testamento, el Código Civil establece que el juez debe nombrar un tutor siguiendo un orden de preferencia: primero, el familiar más cercano como abuelos o hermanos, y luego otras personas en función del interés superior del menor.

Cuando uno de los padres divorciados fallece, el otro progenitor suele asumir automáticamente la administración de la herencia del menor. No obstante, el testamento del progenitor fallecido puede nombrar a un tercero para supervisar estos intereses, especialmente si existen antecedentes que descalifiquen al progenitor vivo para esta responsabilidad.

¿Pueden entonces los menores de edad heredar?

La respuesta es un rotundo sí: los menores de edad pueden heredar. Sin embargo, la principal diferencia con los herederos adultos es que, debido a su incapacidad legal para actuar por cuenta propia, necesitan ser representados por un adulto.

  • Representación legal: Generalmente, los padres, como titulares de la patria potestad, asumen este rol. Son ellos quienes aceptan o administran la herencia en nombre del menor.
  • Rechazo de la herencia: Si por algún motivo los padres consideran necesario rechazar la herencia (por ejemplo, si esta incluye deudas que superan los activos), deben obtener una autorización judicial. Este requisito busca proteger los derechos económicos del menor y evitar que se vean perjudicados por decisiones negligentes.
  • Excepción para menores de 16 años o más: En el caso de adolescentes mayores de 16 años, la ley les permite decidir sobre la aceptación o rechazo de la herencia de forma directa. Para ello, deben acudir a un notario y realizar una escritura pública, eliminando la necesidad de autorización judicial.
Miedo a heredar: 28.224 personas rechazan sus herencias en el primer semestre mientras se disparan las donaciones en vida.

Recomendaciones clave para evitar complicaciones

  • Planificar con antelación: Redactar un testamento es una herramienta esencial para garantizar que el patrimonio se gestione conforme a la voluntad del fallecido y en beneficio del menor. Este documento no solo aclara las responsabilidades, sino que también reduce el riesgo de conflictos legales.
  • Nombrar tutores y administradores responsables: Es crucial designar a personas de confianza que no solo tengan la capacidad legal, sino también la intención de actuar en el mejor interés del menor.
  • Supervisión judicial y fiscal: En situaciones de duda o conflicto, la intervención de un juez o del Fiscal de Menores es una garantía de que el proceso se llevará a cabo con transparencia y equidad.
Guardar