El año 2025 comenzará con una serie de ajustes fiscales que afectarán a la economía de los hogares y empresas en España. Desde el fin de deducciones hasta incrementos directos en los impuestos al consumo, la luz, la basura y el ahorro, los cambios en la fiscalidad marcarán un impacto significativo en el tejido económico español. A continuación, desglosamos los principales impuestos que subirán a partir del próximo año:
- Subida del IVA en alimentos básicos: El IVA que grava productos esenciales como el pan, la leche, los huevos, la fruta, las verduras y las legumbres volverá al 4%, tras haber estado reducido al 2% durante 2024 para mitigar los efectos de la inflación. Este cambio supondrá un aumento en el precio de estos productos, que ya habían sido afectados por la subida general de precios debido a la guerra en Ucrania y Oriente Próximo.
- Incremento del IVA en el aceite de oliva y de semillas: El aceite de oliva, que temporalmente tuvo un IVA del 0% en 2024, pasará a tributar al 4% en 2025. Además, los aceites de semillas como el de girasol, soja o colza verán un aumento en su IVA, del 5% al 7,5%, encareciendo estos productos básicos de la cesta de la compra.
- Fin de las deducciones para vehículos eléctricos: Los compradores de coches eléctricos ya no podrán beneficiarse de la deducción del 15% en el IRPF, que hasta 2024 se aplicaba a la adquisición de este tipo de vehículos, con un máximo de 20.000 euros. Asimismo, la deducción por la instalación de puntos de recarga en viviendas también desaparecerá, eliminando incentivos fiscales clave para la movilidad sostenible.
- Subida del IVA en la electricidad: El IVA de la electricidad para los hogares volverá al 21%, tras haber estado reducido al 10% en contratos de menos de 10 kilovatios siempre que el mercado mayorista superara los 45 euros por megavatio hora (MWh). A partir de enero de 2025, este tope desaparece, aumentando el coste para la mayoría de consumidores residenciales.
- Nueva tasa de basuras obligatoria: Desde abril de 2025, todos los ayuntamientos deberán aplicar una tasa obligatoria para la recogida, gestión y reciclaje de residuos urbanos. Esta tasa, que hasta ahora era opcional, se estima entre 165 y 200 euros anuales por hogar, aunque aún no se han definido los criterios de cálculo.
- Gravamen a cigarrillos electrónicos: Los líquidos para cigarrillos electrónicos o vapers comenzarán a tributar como el tabaco convencional dentro de los Impuestos Especiales. Este nuevo gravamen recaerá sobre los fabricantes y puntos de venta, pero se espera que incremente los precios para el consumidor final. También se aplicará a las bolsas de nicotina utilizadas como alternativa a los cigarrillos tradicionales.
- Fin de las deducciones por reformas energéticas en viviendas: Las deducciones en el IRPF por reformas que redujeran el consumo energético en viviendas también llegarán a su fin. Hasta 2024, estas deducciones permitían desgravar hasta un 20% del coste (con un máximo de 5.000 euros) si la reforma lograba un ahorro del 7%, o hasta un 40% del coste (con un máximo de 7.500 euros) si el ahorro alcanzaba el 30%. En 2025, estas ventajas fiscales desaparecerán.
- Incremento del IRPF al ahorro de los más ricos: El tipo del IRPF que grava el ahorro subirá del 28% al 30% para aquellas rentas que superen los 300.000 euros de beneficios anuales. Esto afectará a los ingresos generados por depósitos, dividendos, seguros y ventas de inmuebles. Este aumento sigue la línea del alza anterior, cuando en 2023 el gravamen pasó del 26% al 28%.
- Aumento del impuesto sobre beneficios extranjeros de empresas: Aunque las pequeñas y medianas empresas (pymes) verán reducido su tipo impositivo del 25% al 20%, las grandes empresas que obtienen beneficios en el extranjero tributarán más. Este cambio forma parte de una política fiscal destinada a incrementar los ingresos públicos.
Impacto en la economía de los hogares y empresas
Estas subidas fiscales reflejan un intento del Gobierno por aumentar la recaudación en un contexto de inflación controlada pero con un endeudamiento público elevado. Los cambios afectan tanto a los ciudadanos como a las empresas, con especial incidencia en el coste de vida y la promoción de prácticas sostenibles.
Para los consumidores, el aumento en productos básicos, energía y servicios como la gestión de residuos supondrá un golpe directo a la economía doméstica. En el ámbito empresarial, los nuevos gravámenes buscan mantener un equilibrio entre incentivar el desarrollo de pymes y garantizar que las grandes corporaciones contribuyan de manera justa.