La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales está atascada en el seno del Gobierno de coalición. El Ministerio de Trabajo, impulsor de la medida, quiere tenerla lista antes del 31 de diciembre, pero la parte socialista del Gobierno quiere posponerla. Para Moncloa, la fecha no es lo importante, sino que se den las circunstancias para que la haya.
Y, según deslizan fuentes gubernamentales, estas no se prestan todavía, ya que más allá de los sindicatos y patronal, la reforma necesita una mayoría para que salga adelante en el Congreso. “Lo gordo es que se pueda impulsar con este Parlamento”, alegan voces socialistas con peso en el Gobierno, partidarias de que una modificación legislativa de este calado se apruebe “con el mayor consenso posible”.
La reforma supone, ni más ni menos, reducir de manera gradual la jornada laboral de 40 horas semanales, aprobada por el Gobierno de Felipe González en 1983. PSOE y Sumar lo acordaron así en el pacto para formar gobierno: “Reduciremos la jornada laboral máxima legal sin reducción salarial para establecerla en 37 horas y media semanales. Su aplicación se producirá deforma progresiva, reduciéndose hasta las 38,5 horas en 2024 y culminándose en 2025. A partir de entonces se constituirá una mesa con los interlocutores sociales que evalúe los resultados de la reducción y siga avanzando en la disminución de la jornada legal teniendo en cuenta las características de los distintos sectores de actividad, la evolución de la productividad y las circunstancias económicas”.
Pero los socialistas apuestan por retrasar las aspiraciones de los de Yolanda Díaz, esgrimiendo que no solo hay que convencer a la patronal. Los empresarios se salieron de la mesa tras casi un año de negociación al considerar que este cambio debe enmarcarse en la negociación colectiva entre empresas y trabajadores. “Hay que dialogar y no solo con la patronal”, añaden voces socialistas del Gobierno en alusión a la posible falta de apoyo político a esta medida. Para el partido de Pedro Sánchez, la meta no es lograr implementarla en enero o en marzo: “Si conseguimos en esta legislatura que se apruebe la reducción de la jornada, eso es lo importante”, insisten estas voces.
Sumar quiere cerrar la negociación en el Gobierno
Por su parte, fuentes del equipo de la vicepresidenta segunda critican que esta explicación es una “excusa”. En declaraciones a Infobae España, la parte minoritaria del Gobierno recalca que, hasta que la modificación no se apruebe en el Consejo de Ministros, “no se abrirá la negociación real con partidos”. De hecho, en Sumar no tienen tan claro que haya una oposición frontal por parte de la derecha al defender que la reducción de la jornada laboral es una reivindicación transversal.
Yolanda Díaz reafirmó este martes su compromiso. Desde la sala de prensa de Moncloa, subrayó que con “carácter inminente, estos días” se va a cerrar un acuerdo con los sindicatos UGT y CCOO para reducir la jornada laboral a 37,5 horas en 2025. “El Gobierno no va a decepcionar a la gente trabajadora del país”, prometió la vicepresidenta segunda ante la pretensión del PSOE de cortarle las alas.