El BCE critica el nuevo impuesto a la banca del Gobierno porque podría fragmentar el sistema financiero europeo

Se trata de un dictamen prácticamente idéntico al emitido por la entidad en 2022 cuando fue consultado por los gravámenes temporales del Ejecutivo

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La presidenta del Banco Central
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde (REUTERS/Wolfgang Rattay)

Al Banco Central Europeo no le ha gustado el nuevo impuesto a la banca del Gobierno español. Según la entidad supervisora, el nuevo proyecto de ley podría fragmentar el sistema financiero europeo, minando la igualdad de condiciones en la unión bancaria y creando asimetrías competitivas según el tamaño de los bancos. Por ello, ha recomendado realizar un análisis exhaustivo de su impacto sobre la rentabilidad o el acceso a la financiación.

Así lo ha expresado el organismo este miércoles en un dictamen firmado por la presidenta de la institución, Christine Lagarde, en el que se ha manifestado sobre la medida por la que se establece un impuesto sobre el margen de intereses y comisiones de determinadas entidades financieras. Un documento que ha sido adoptado por el Consejo de Gobierno del BCE tras una petición del Banco de España en nombre de las Cortes Generales.

Y es que, ya el pasado lunes el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, insistió en que este impuesto extraordinario podría tener “efectos indeseados” y advirtió de que, “tal y como está diseñado”, penalizaría la concesión de crédito a las pymes. Por eso, ahora, y tras analizar la norma, el BCE ha realizado sus consideraciones desde las perspectivas de la política monetaria, la estabilidad financiera y la supervisión prudencial y ha expresado que la medida podría limitar el acceso al crédito y la capacidad del sector para fortalecer sus reservas de capital. Además, cuestiona ciertos aspectos técnicos del impuesto, como su tratamiento contable y su impacto fiscal.

El BCE subraya la importancia de que las medidas no perjudiquen a las entidades

Se trata de un dictamen prácticamente idéntico al emitido por la entidad en 2022 cuando fue consultado por los gravámenes temporales del Ejecutivo -para aplicar los impuestos extraordinarios al sector como resultado del aumento de los tipos de interés-. Aunque, en ese momento, el BCE advirtió que la tasa podría impactar en la competencia y señaló que debería ser transferida al cliente, mientras que ahora ha destacado que la exposición de motivos de este proyecto “no contiene explicaciones específicas sobre la justificación del impuesto”.

Desde la perspectiva de la política monetaria, el BCE ha subrayado la importancia de que las medidas no perjudiquen la capacidad de las entidades para mantener bases de capital sólidas y poder implementar decisiones sobre los tipos de interés. En cuanto a la estabilidad financiera, ha enfatizado la necesidad de monitorear los posibles efectos negativos a largo plazo, especialmente en términos de resiliencia y distorsiones en el mercado.

“Como se ha señalado en dictámenes anteriores, el BCE recomienda un análisis exhaustivo en el que se detalle el impacto específico del impuesto sobre la rentabilidad y la base de capital a más largo plazo de las entidades de crédito, el acceso a la financiación, el posible impacto sobre la liquidez, la concesión de nuevos préstamos y las condiciones de competencia en el mercado”, ha asegurado el organismo.

FOTO DE ARCHIVO. El logo
FOTO DE ARCHIVO. El logo del Banco Central Europeo (BCE) frente a su sede en Fráncfort, Alemania. 26 de abril de 2018. REUTERS/Kai Pfaffenbach

La subida del impuesto podría tener consecuencias a largo plazo

El BCE ha reconocido que, inicialmente, las entidades de crédito podrían recibir ingresos netos por intereses al aumentar los tipos, pero también ha señalado que esto podría generar un mayor coste de financiación y posibles pérdidas en el saldo vivo de las carteras de valores. A largo plazo, las subidas podrían incrementar el riesgo de crédito y reducir la rentabilidad de los bancos.

El BCE ha observado que las entidades no se verían afectadas por el impuesto si registran pérdidas y que, si sus beneficios son inferiores al umbral del 0,7% de la rentabilidad sobre el activo total, la deducción extraordinaria disminuiría a medida que aumentara la rentabilidad. No obstante, ha considerado que, incluso en esas circunstancias, el impuesto seguiría afectando negativamente a la capacidad de los bancos para mantener una posición de capital sólido o restablecer los colchones, mientras que en periodos de alta rentabilidad no funcionaría, limitando así la capacidad de acumular colchones frente a futuras perturbaciones negativas.

Por último, el BCE ha hecho referencia a pronunciamientos previos sobre otras normas, en los que ha subrayado que la imposición de un gravamen a la banca podría reducir la capacidad para construir colchones de capital bancario o tener efectos económicos adversos, limitando el crédito y contribuyendo a condiciones menos favorables para los clientes.

*Noticia elaborada con información de la Agencia EFE

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