Víctor de Aldama ha acusado a una constructora madrileña, Lantania SAU, de beneficiarse de hipotéticos amaños en una de las adjudicaciones bajo sospecha que se está investigando dentro del marco del ‘caso Koldo’. Aldama ha entregado una simple nota al Tribunal Supremo escrita a mano supuestamente por Koldo García (que este ha negado que sea suya) como prueba de que José Luis Ábalos y su ex asesor cobraron mordidas por ciertas obras que se licitaron desde el ministerio de Transportes.
Esa obra es la “ampliación a tercer carril y remodelación de enlaces (tramo Lugones – Matalablima) de la A-66 en la provincia de Oviedo, que en noviembre de 2019 se llevaron la UTE formada por Lantania SLU y ASCH Infraestructuras y Servicios SA por 18,3 millones de euros. Ahora la Justicia tendrá que dictaminar durante su investigación si hubo algún tipo de irregularidad en la adjudicación de estas obras. Lo que sí es seguro, según documentación que obra en poder de Infobae España, es que Víctor de Aldama debe 171.000 euros a la empresa Lantania desde el año 2021.
En abril de 2021, Lantania y Víctor de Aldama (a través de su empresa MTM 180 Capital) firmaron un contrato para que la constructora derribase una nave industrial de 1.000 metros cuadrados situada en el número 18 de la calle Juan Pérez Zuñiga, en el barrio de la Concepción, muy cerca de Arturo Soria. Aldama había adquirido la finca unos meses antes, en enero, y tenía en mente para ese solar un proyecto para levantar 13 viviendas de alto standing valoradas entre 750.000 euros y más de un millón de euros. El contrato estipulaba que Aldama pagaría 162.604 euros más IVA a Lantania por los trabajos de demolición.
Aldama y Lantania ya habían hecho colaboraciones en el pasado. La constructora, que tiene más de 1.000 empleados y que en 2023 facturó unos 450 millones de euros, había llegado a patrocinar al Zamora Club de Fútbol cuando Aldama era su presidente, así que el empresario volvió a recurrir a esta empresa para la demolición de la nave y poder así empezar la construcción de su proyecto residencial, que según decía la publicidad del mismo “pretende un desarrollo inmobiliario orientado a satisfacer la demanda residencial en la zona de jóvenes familias que buscan una arquitectura elegante, calidades contrastadas, servicios completos, y acabados de buena calidad, en una propuesta de ‘vida familiar en salud’ con espacios ajardinados, piscina, zona de juegos infantiles y otros servicios complementarios vinculados a un ocio saludable”.
Aldama no paga
Lantania cumplió con su parte. El 28 de agosto de 2021 la constructora finalizó los trabajos de demolición de la nave industrial, un fin de obra que quedó oficializado en un acta firmada por ambas partes el 3 de septiembre. Pero Aldama no pagó. Lantania empezó entonces a reclamar el dinero pactado por el trabajo realizado. El empresario, hoy imputado en el Supremo, alegó entonces problemas financieros con el banco y prometió a Lantania que si tenían paciencia el negocio podría ser mayor porque les podría conceder las obras de edificación de las 13 viviendas. La deuda total, según llegó a reconocer Aldama en correspondencia mantenida con Lantania, era finalmente de 171.000 euros.
Han pasado más de tres años y Lantania no ha visto un euro. Las últimas noticias que ha tenido de Aldama es que ha involucrado a la compañía en el presunto pago de comisiones dentro de la trama ‘Koldo’, acusaciones que de momento no han sido probadas. Según Aldama, las presuntas comisiones oscilaban entre el 1% y 1,5% del valor de los contratos. El intermediario afirmó que Ábalos y Koldo le dijeron que una parte del dinero era para financiar al PSOE.
Un portavoz de Lantania asegura a este diario que la reclamación económica que le debe Víctor de Aldama está en “en los servicios jurídicos de la empresa desde hace meses y se están analizando acciones legales. Lantania ha actuado siempre dentro de la más escrupulosa legalidad; solo ha resultado adjudicataria de una obra de la Dirección General de Carreteras de las 80 a las que ha licitado durante la época de José Luis Ábalos”. La realidad es que la constructora madrileña se presentó a adjudicaciones públicas por valor de 1.700 millones, llevándose finalmente un solo contrato de 11 millones, un 0,66% de éxito, “un ratio totalmente incompatible con sospecha alguna”.