A las 3 horas de la madrugada del sábado 14 de diciembre, en la comuna francesa de La Forêt-Fouesnant -una localidad de menos de 3.000 habitantes- una de las empresas de la localidad sufrió un robo pocas veces visto. Un vecino de la zona observó la escena del robo, que afectó a un negocio local enfocado en actividades náuticas: vio cómo un hombre, mientras conducía un tractor, robaba una lancha rápida, la cual era transportada en un remolque.
Inmediatamente después de ser testigo de aquel inusual hurto, el vecino avisó a los servicios de emergencias, quienes desplazaron un equipo de vigilancia e intervención de la gendarmería francesa.
‘Venganza’ de un exempleado
Cuando las autoridades policiales lograron detener al hombre, descubrieron que el presunto ladrón era un antiguo empleado de la empresa náutica, quien había sido recientemente despedido, según informó el comandante Clément Beck, jefe de la gendarmería de Quimper (localidad costera del oeste de Francia).
El estado del detenido hizo ver a los agentes galos que habría ingerido grandes cantidades de alcohol antes de cometer el delito, lo que explicaría algunas de las frases inconexas que soltó. El sospechoso contó a los agentes que “tenía que entregar el barco en alguna parte”, como si aún fuese trabajador de su antigua empresa y le hubiesen encomendado un pedido.
Parece ser que, a pesar del estado etílico en el que se encontraba, el detenido no ofreció resistencia y pudo ser arrestado con facilidad por los agentes, sin suponer un peligro para los policías ni para él mismo. Además, entre las muchas acciones que podría haber tomado, motivado por su reciente despido, el hombre no causó daños en las instalaciones de la empresa y en el resto de embarcaciones, lo que, seguramente, habrá supuesto un alivio para los dueños del negocio náutico.
Celda de sobriedad
Según diversos medios franceses que se han hecho eco de la noticia, el detenido fue internado en una celda de sobriedad, debido a su excesiva embriaguez, antes de ser puesto bajo disposición judicial. La celda de sobriedad, también conocida como Drunk tank (en castellano, tanque de borrachos), es una celda de cárcel o una instalación separada, que tiene como objetivo albergar a personas intoxicadas, especialmente con alcohol. Se trata de un tipo de dependencia policial que existe en países como Francia, República Checa, Polonia, Rusia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos; en España, esta habitación no está disponible, por el momento, en las comisarías y cárceles.
Tal era la ebriedad del acusado que, horas después de ser detenido, a las 10 horas de la mañana, el detenido continuaba en la celda de sobriedad porque no podía comunicarse de forma adecuada con los agentes.
Está claro que el cese de la relación laboral entre la empresa náutica y el sospechoso fue el principal motivo por el que el hombre actuó de aquella forma. Algunas veces, los exempleados descontentos pueden verse tentados por querer vengarse de la empresa que los ha despedido, pero deben saber que, tarde o temprano, las autoridades descubrirán su identidad y deberán cumplir la condena que se les imponga.