El pasado jueves 12 de diciembre, pasado el mediodía, una niña de siete años fue atropellada en la localidad de Flers (noroeste de Francia) por el autobús escolar que acababa de llegar a la zona donde se encontraban los alumnos. En el momento, fue encontrada “viva pero inconsciente”, señalan en el diario galo L’Independant. Sin embargo, falleció a la mañana del día siguiente por causa de las heridas que le había provocado el accidente.
Los hechos ocurrieron justo cuando acababa de finalizar una excursión del colegio a esa localidad. Los niños acababan de salir de un recinto en el que habían presenciado un espectáculo. Fue al salir cuando, justo al acercarse el autobús, la niña cayó al suelo de la carretera y fue embestida por el vehículo. “Los únicos testigos de la escena son niños, como ella”, señala al citado medio David Barbas, encargado de la investigación que está realizando la división del distrito.
Problemas para saber todo lo ocurrido
Por ahora, hay muchas dudas sobre qué provocó la caída y se desconoce si la caída fue producto de un tropiezo o de la voluntad de ir a la carretera. Varias fuentes señalan que, en efecto, la chica cayó a la carretera, y que al ser atropellada, su abrigo quedó atrapado por una rueda y “se llevó su cuerpo”, según informan en el medio Ouest France.
Para esclarecer esto, los investigadores ya han mandado revelar las grabaciones de las cámaras de videovigilancia de la zona y “todos los medios” posibles “para determinar las circunstancias”. Sin embargo, en las imágenes hasta ahora analizadas se han encontrado con que “el autobús oculta en parte la escena”.
Por ello, hasta ahora las evidencias más fiables se han obtenido tras entrevistar a los niños -una veintena- y al resto de testigos, mientras que se ha procedido a la detención del conductor del autobús y a la realización de pruebas de consumo de alcohol y estupefacientes en las que ha dado negativo. Como consecuencia, fue liberado esa misma noche.
Se realizará un seguimiento psicológico a los niños que lo necesiten
Por su parte, los servicios de emergencia acudieron inmediatamente en cuanto fueron alertados. Realizaron los primeros auxilios a la menos y comprobaron que aún conservaba signos vitales, por lo que fue trasladada en avión al Hospital Universitario de Caen pese a su delicado estado de salud. En este centro especializado, no obstante, no fueron capaces de salvarla.
Tras la muerte, L’Independant informan de que se decidió abrir una unidad de crisis dentro de la sala de espectáculos a la que habían acudido los niños, para que estos recibieran lo antes posible atención psicológica. Gracias a ello, los padres obtuvieron en las horas siguientes información sobre el estado de ánimo de sus pequeños, así como instrucciones por si expresaban “miedos o ansiedades” durante la noche, en palabras de la subprefecta de la zona, Isabelle Rioux.
Pese a que el viernes se conoció el fallecimiento de la niña, la escuela primaria decidió reabrir sus puertas ese mismo día. Con todo, decidió crear una unidad psicológica para brindar un seguimiento a los niños, así como a los padres y profesores que también lo requieran.