Era uno de los rostros más populares y queridos de la pequeña pantalla. Sin embargo, su vida dio un giro de 180 grados cuando decidió renunciar a la gran fama que le rodeaba entones. Jaime Bores fue uno de los presentadores de televisión más populares de los años 90, pero, tras un camino lleno de éxitos, tomó la decisión de abandonar los focos y las cámaras.
Su nombre comenzó a resonar en el ámbito nacional cuando debutó en TVE a finales de los años 90 como presentador del programa de RTVE Digan lo que digan (1997-1999), un espacio que le permitió conquistar al público con su simpatía, atractivo y su característico tono de voz.
Aquella primera incursión en el mundo televisivo tuvo tal repercusión que le llevó a conseguir una nominación al TP de Oro como mejor presentador. Si bien este espacio fue su gran salto a la fama, lo cierto es que antes de estar presente en la televisión nacional, estuvo trabajando durante tres años como el chico del tiempo en Madrid Directo, en Telemadrid. En esta misma cadena tuvo la oportunidad de presentar las Campanadas de 1997, antes cambiar de rumbo y embarcarse en TVE.
Sus destrezas en la pequeña pantalla provocaron que su rostro fuese uno de los más demandados de la época. Tanto es así que estuvo al frente de varios especiales de gran relevancia, como la Gala Miss España 2000, que fue uno de los momentos más comentados de su carrera, aunque no precisamente por las razones que esperaba. En la emisión de la gala, Bores cometió un error memorable. Y es que el presentador vasco confundió el nombre de la ganadora, que era Helen Lindes. Pese a este desliz, su popularidad no se vio afectada y siguió siendo una figura mediática destacada.
Su nueva vida tras su éxito en televisión
Cuando se encontraba en el momento más álgido de su trayectoria profesional, Jaime Bores tomó la decisión de retirarse de los focos hasta en dos ocasiones. La primera fue en 2005, cuando dejó la televisión para mudarse a Argentina y abrir un negocio de alquiler de apartamentos turísticos, que fracasó al poco tiempo.
Fue entonces cuando regresó a España para participar en varios programas de Antena 3, como La granja (2004), Pelopicopata (2005) y La buena onda de la tarde (2005). Sin embargo, pese a la variedad de formatos, lo cierto es que no llegaba a encontrar su rumbo. A ello se sumaba su mala relación con el equipo de redacción de sus espacios, a los que hablaba de malas maneras. Una situación que él mismo reconoció años después en una entrevista con Jordi González en La Noria (2011), donde además pidió disculpas públicamente, justificando su comportamiento con el fuerte estrés que sentía entonces. Además, en aquel programa dejó para el recuerdo fuertes titulares: “Yo era el rey de la telebasura” o “No he llegado a ganar mucho dinero, aunque supe administrarlo”.
En 2012 dio el portazo definitivo a la televisión. En su última entrevista concedida a ABC, destacó que “me fui porque quería volver a ser anónimo. Ni tengo relevancia ni la busco, es una vida tan lejana que parece la de otra persona”. Actualmente, su vida transcurre a caballo entre Asturias y Madrid, donde está vinculado a varios negocios de restauración. En cuanto a su vida personal, nunca se ha casado ni tiene hijos, y su mayor ambición en la vida ha sido, y sigue siendo, ser libre.