Una excavación arqueológica en Heerlen, al sur de Países Bajos, ha hallado la tumba de Flaccus, un soldado romano que fue enterrado hace 2.000 años y que supone un hito sin precedentes. Nunca antes se habían encontrado vestigios de la presencia romana en esta zona, lo que convierte al hombre en la evidencia más antigua de ocupación romana en el lugar.
Los restos se han descubierto concretamente en la plaza Raadhuisplein, situada cerca de las carreteras históricas Via Belgica y Via Traiana, un lugar en medio del asentamiento romano de Coriovallum, el Heerlen de la época. Ahora, en la zona se está llevando a cabo una excavación con la que pretenden encontrar respuestas como las que les ha dado el soldado romano enterrado. Según los investigadores, cada descubrimiento en la zona revela nuevas piezas del rompecabezas del pasado de la ciudad. Y Flaccus, cuyo nombre resurgió después de milenios, es ahora un símbolo de esa conexión entre el presente y el mundo antiguo.
Los arqueólogos de ADC ArcheoProjecten han encontrado al soldado en una fosa llena de restos del primer asentamiento de la ciudad de origen romano. Entre ellos, se encuentra un fragmento de un brazalete, piezas cerámicas, fragmentos e incluso tres placas romanas completas de Terra Sigillata. Esto apunta a los primeros rastros de ocupación de Heerlen que se remontan al período de Augusto, del año 0 al 20 d.C.
Una tumba con nombre
Flaccus no es un nombre que le hayan dado los arqueólogos al hombre al que pertenecieron los restos, como se hace en algunas ocasiones. Se trata de su nombre real, algo poco habitual y que no se suele ver con facilidad. El equipo encontró un cuenco con la inscripción “FLAC”, que revelaba el nombre. “Encontrar un nombre en una tumba es algo muy excepcional, realmente hace que mi corazón lata más rápido”, dice la arqueóloga del equipo, Hilde Vanneste, que en un comunicado en el que asegura que solo sucede “una vez en la vida” de un arqueólogo.
Un hallazgo único
En los Países Bajos, este tipo de hallazgos son una rareza. En Heerlen, es la primera vez que se puede vincular un nombre a una tumba. “Ahora vamos a hacer más investigaciones. También se encontró ADN en el cuenco con el nombre del soldado. Queremos saber más sobre eso. También se han encontrado restos de cremación y la tumba tenía un encofrado de madera. Lo sabemos porque hemos encontrado clavos. Estudiaremos todas estas cosas más a fondo en el próximo período”, explica la arqueóloga.
Para el concejal de Cultura y Patrimonio del municipio, Jordy Clemens, se trata de “un hallazgo” único que no solo enseña más sobre nuestro pasado histórico de la ciudad, sino que también muestra “lo única que es la historia de Roman Heerlen para los Países Bajos”.
Aunque ha habido hallazgos anteriores del siglo I d.C. en la región, en su mayoría cerámica, ninguno fue suficiente para confirmar con una certeza total que los romanos estuvieron presentes en la región durante este tiempo. El descubrimiento de Flaccus es la certeza que necesitaban.