El Congreso de los Diputados ha dado su visto bueno esta semana a la ley sobre ratios de enfermería, también conocida como Ley de Seguridad del Paciente. Con este texto, los diputados pretenden marcar los mínimos de enfermeras que debe haber presentes en los diferentes servicios sanitarios en España, para así garantizar una atención sanitaria adecuada.
La normativa todavía ha de pasar los trámites parlamentarios, pero ya tiene su recorrido. Se trata de una iniciativa ciudadana impulsada desde finales de 2018 por SATSE, sindicato de las enfermeras en España. La organización entregó en 2019 cerca de 700.000 firmas para comenzar una Iniciativa Legislativa Popular que apoyaban el 98% de las enfermeras, según el sindicato.
El texto fue tomado en consideración en diciembre de 2020, pero quedó paralizado en el Congreso: el plazo de presentación de enmiendas sufrió hasta 83 prórrogas. Con la convocatoria de elecciones y el inicio de una nueva legislatura, la ley ha tenido que empezar el camino de cero. Desde SATSE y el Consejo General de Enfermería (CGE) han aplaudido que vuelvan a aprobar la tramitación de la Ley de Seguridad del Paciente, pero esperan que, en esta ocasión, el proceso no quede en saco roto.
Las ratios de enfermería, según la proposición de ley
En España, se calcula que hay 6,3 enfermeras por cada 1.000 habitantes, unas ratios insuficientes que quedan por debajo de la media europea (8,83 enfermeras por cada 1.000 habitantes) y muy lejos de la de países como Noruega (21,6) o Reino Unido (10,3), principales lugares de destino de las profesionales que pierde nuestro país.
Así, el CGE estima que faltan cerca de 123.000 enfermeras para alcanzar los estándares europeos, un agujero que crecerá según aumenten las jubilaciones. Esto aumenta la presión asistencial que viven estas sanitarias. Desde el Ministerio de Sanidad, se han recomendado ratios de entre 6 y 12 pacientes por enfermera, pero a día de hoy es habitual que se atienda entre 15 y 20 pacientes diarios, asegura SATSE.
La Ley de Seguridad del Paciente propone, en su texto inicial, limitar el número de pacientes por enfermera, cambiando las ratios según la atención sanitaria. Estas limitaciones “deben estar vinculadas a factores asociados a las características de los pacientes tales como el proceso de enfermedad y la complejidad de los cuidados, en los que influyen factores como la edad, el estado funcional, cognitivo, emocional y mental, la situación social, el apoyo social y entorno familiar, características de la unidad, necesidad de utilización de equipos especializados y tecnología e intensidad de las intervenciones enfermeras, entre otros, lo que debe condicionar el número de pacientes que debe atender una enfermera según las evidencias disponibles”, establece la proposición de ley.
Así, en la atención hospitalaria, se debería asignar un máximo de 6 pacientes por enfermera, ampliable a 8 “en función de las condiciones de los pacientes, de las características de la unidad y de la franja horaria de trabajo”. En unidades de cuidados intensivos y otras áreas de cuidados críticos, la ratio será de 2 pacientes por enfermera, salvo que se trate exclusivamente de unidades coronarias, en cuyo caso podrá ampliarse a 3.
En unidades de reanimación postquirúrgica, se establecería un máximo de 3 pacientes por enfermera, mientras que en quirófano, se exigiría la presencia de, al menos, 3 profesionales. Por su parte, en la atención primaria, se limitaría a un máximo de 1.500 personas la población asignada a cada enfermera.