El mercado inmobiliario es una de las principales preocupaciones de las nuevas generaciones en España, que ven casi imposible el hacer frente al pago de la entrada y de la letra de los hogares. La situación laboral y la inflación complican la independencia de millones de jóvenes, que se ven forzados a seguir viviendo junto a sus padres. Y aunque en 2025 hay estimaciones que apuntan a que los salarios pueden subir más que la inflación, todo seguirá igual de complicado en cuanto al mercado de la vivienda, como apunta el economista Gonzalo Bernardos en las redes sociales de Trioteca.
El experto ha sido claro en sus opiniones personales, con su firme creencia de que en 2025 la situación de la vivienda seguirá sufriendo un incremento de su valor. “El precio va a subir más de un 15% en algunas ubicaciones”, describe el analista financiero, para mostrar que la situación no va a comenzar mejor, al menos en los primeros meses del nuevo año. Para sujetar su razonamiento, el economista se ha basado en cinco factores, que van relacionados los unos con los otros.
Estos son sus cinco argumentos
Bernardos ha querido argumentar el porqué de su declaración inicial, que tanto preocupa a las generaciones más jóvenes. No obstante, primero de todo ha querido comentar que “estamos ante un boom inmobiliario”, para después dar la estocada y añadir que “en algunas localizaciones va a subir el precio de la vivienda en un 15%”. Pero no solo eso. También añade que “las viviendas usadas incrementarán su valor en un 10%”. Todo ello lo ha relacionado con un fenómeno que él mismo describe como “una tormenta perfecta”.
Entre los cinco puntos que el economista afirma que han creado la alineación perfecta para este encarecimiento de las viviendas, tanto de compra como de alquiler, el primero de ellos es la fortaleza del empleo, paradójicamente: “Muchísima gente tiene empleo”, afirma. Añadido a ello, la segunda de las claves es que esas personas, por tanto, ya tienen un contrato fijo, que abre puertas a diferentes acuerdos económicos a la hora de pedir créditos a las entidades financieras. Por otro lado, también hace referencia a que los salarios subirán más que la inflación, lo que supone que los sueldos serán más altos y la inflación tendrá un menor margen de impacto en el valor de la divisa. Así, se podrá tener una maniobrabilidad mayor, aunque no de un excesivo calibre.
Finalmente, ha mencionado el coste de los préstamos, algo que es fundamental a la hora de pedir una hipoteca. En ese sentido, narra que los tipos de intereses siguen bajando, algo que es significativo a la hora de la devolución de la deuda. Por su parte, las entidades bancarias querrán ganar más dinero, por lo que decidirán “abrir las puertas a los clientes para ofrecer muchos más créditos”. De esa forma, el economista concluye que el precio de la vivienda va a seguir su auge, aunque se darán más préstamos e hipotecas para afrontar compras de viviendas.