Malos tiempos para el progreso en un tiempo de tormenta perfecta en el que crisis tan profundas como lo fue la pandemia del Covid-19 de una forma coyuntural -gracias a la vacuna, a la ciencia- o lo es el cambio climático ya parece que cronificado e imparable chocan con la mayor era de intoxicación en la información de consumo diario. Los más perjudicados, además de esos propios ciudadanos, son quienes hasta el día de hoy llevan a cabo su labor de forma diligente, señalados por quienes sacan beneficio sembrando dudas o alimentando conspiraciones.
Más de la mitad de científicos españoles, un 51,05% en concreto, ha sufrido ataques tras expresar sus opiniones en medios de comunicación; porcentaje que se eleva al 56,86% en el caso de las mujeres, en contraste con el 46,21% de los hombres. Es la principal conclusión del informe ‘Experiencias del personal investigador en su relación con los medios de comunicación y redes sociales’, llevado a cabo por el Science Media Centre España (SMC) de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT) en colaboración con el grupo de investigación Gureiker, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
La encuesta destaca que la red social X, antes Twitter, es el principal escenario de estos ataques, acumulando un 59,86% de los casos, seguida de comentarios en medios digitales (21,13%), señalamientos en público (11,97%) y en privado (7,39%). Entre las agresiones más comunes están los insultos (30,38 %), cuestionamientos a la capacidad profesional (28,69 %) y ataques a la integridad profesional (17,72 %). En menor proporción, también se reportaron amenazas físicas, sexuales o de muerte, así como la publicación de datos personales.
Un 16,5% abandona
Esta realidad hostil ha llevado al 16,5% de los investigadores que ha sufrido experiencias negativas a abandonar la divulgación científica y evitar el contacto con los medios de comunicación. Según Maider Eizmendi Iraola, investigadora del grupo Gureiker y directora científica de la encuesta, los resultados están alineados con estudios similares publicados en las reconocidas Science y Nature.
A pesar de lo anterior, un 83,12% de los encuestados (237 científicos) percibe de forma positiva su participación en los medios, destacando la oportunidad de dar visibilidad a sus investigaciones y combatir la desinformación, aunque citan el miedo a la tergiversación y la falta de tiempo como los principales obstáculos.
La publicación de este informe coincide con la adhesión de casi mil organizaciones a una carta en apoyo a Fernando Valladares, investigador y divulgador del CSIC que ha sido víctima de un aumento significativo en el acoso tras las inundaciones por la DANA en las provincias de Valencia y Albacete del 29 de octubre, cuando enfatizó las amenazas del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Avisa el científico en una reciente entrevista concedida a Infobae: “Violar las leyes ambientales tiene consecuencias, los políticos deben rectificar”.
Por descontado, el estudio refuerza la importancia de ofrecer información científica precisa y de calidad para contrarrestar la desinformación, así como el papel esencial de los periodistas en contar con fuentes confiables para comunicar los avances científicos a la sociedad.