La icónica cantante Olvido Gara (61), más conocida como Alaska, se pasará esta noche por el plató de El Hormiguero para presentar su tan ansiada serie documental. Un trabajo que promete repasar momentos clave de su vida y carrera como una de las figuras más influyentes de la cultura pop española. Asimismo, aprovechará la ocasión para adelantar algún pequeño detalle sobre la final de Mask Singer, programa donde forma parte del panel de investigadores. La trayectoria de la artista es icónica, cuesta imaginar que haya alguien que no haya oído hablar de ella en alguna ocasión. Ha cosechado grandes éxitos musicales y durante este camino le ha dado tiempo a desarrollar también una faceta empresarial con la que ha consolidado un cuantioso patrimonio.
Desde sus inicios en la movida madrileña hace ya algunos años, Alaska no sólo se ha desmelenado y ha brillado en cada escenario que ha pisado, sino que también ha sabido diversificar sus fuentes de ingreso. Junto a su marido, Mario Vaquerizo, ha creado un imperio donde se combina la música, la televisión, las inversiones inmobiliarias y las colaboraciones con marcas de renombre.
Fangoria SL y otros proyectos más allá de la música
Como socia y administradora de Fangoria SL, Alaska gestiona los ingresos derivados de sus giras, colaboraciones y actividades publicitarias. Esta empresa, compartida con su compañero musical Nacho Canut, genera una facturación anual que oscila entre uno y tres millones de euros, dependiendo de la cantidad de conciertos y apariciones televisivas. Además, la pareja participa activamente en eventos y medios de comunicación.
Un patrimonio inmobiliario que alcanza los cinco millones
Como otros tantos artistas, el matrimonio decidió invertir en el ladrillo, una de las claves de su éxito económico. Su vivienda principal, conocida como la Casa Rosa, está ubicada en un edificio histórico del centro de Madrid, cerca de la Gran Vía, un piso que seguro que los más fans del reality de MTV Alaska y Mario no han olvidado, con dos flamencos custodiando el balcón. Este inmueble ha sido ampliado con la adquisición de pisos adyacentes y una planta superior, bautizada como la Casa Azul, que utilizan para recepciones y eventos. La inversión total en este edificio supera generosamente el millón de euros.
En las inmediaciones, también poseen un piso en la calle Caballero de Gracia y una casa en Boadilla del Monte, que compraron a la actriz Bibiana Fernández. Esta última propiedad, valorada en 550.000 euros, se ha convertido en su residencia de veraneo. En conjunto, su patrimonio inmobiliario se estima en más de cinco millones de euros.
Una diversificación de los ingresos
Más allá de las inversiones en ladrillo, también cuentan con un icónico club nocturno en Madrid. Además, han incursionado en el mundo de la moda con una línea de ropa y gestionan talentos a través de su agencia La bola de cristal talent agency. Estas actividades complementan los ingresos generados por su imagen como figuras públicas, con colaboraciones en medios y contratos publicitarios. Con una vida marcada por el lujo y la creatividad, Alaska ha sabido transformar su éxito artístico en un modelo de negocios millonario.