Las personas mayores se encuentran entre los segmentos de la población que son más susceptibles de sufrir daños, discriminación o desventajas debido a diversas variables que afectan a su situación social, económica, geográfica o circunstancias físicas, es decir, forman parte de los denominados grupos vulnerables. La debilidad física de los ancianos -en algunos casos también mental- es un factor que les hace depender, enormemente, de las personas a su alrededor, en quienes confían su cuidado.
La atención a las personas mayores no solo tiene lugar en las residencias de ancianos, sino que también existe la posibilidad de contratar a un cuidador o cuidadora interna en el domicilio de la persona, que se ocupe durante las 24 horas del día del anciano y de la realización de las labores de la casa. En estos casos, la familia busca a la persona candidata idónea y confiable, a la que se le permitirá el acceso a la vivienda personal, llena de recuerdos y algunos objetos de valor.
Robo por valor de 10.000 euros
Cuando una persona mayor ingresa en una residencia de ancianos, suele llegar acompañada de recuerdos y objetos personales, además de dinero y tarjetas bancarias, para tratar de hacer propia la habitación en la que permanecerá durante semanas o meses.
Personas codiciosas hay en todos los lugares, y una residencia de ancianos puede convertirse en el sitio perfecto para cometer robos, sin que los dueños legítimos se percaten. Esto es lo que ha sucedido en una residencia de personas mayores, L’Adoration de Mende, en Lozère (departamento situado en el sur de Francia).
Una cuidadora de la mencionada residencia ha sido condenada a tres años y 18 meses de prisión, por robar a cuatro inquilinos del centro, según ha informado France Bleu Gard Lozére. Entre los objetos que fueron el propósito de dichos hurtos, la auxiliar de enfermería aprovechó para desvalijar joyas, cheques y tarjetas bancarias de los pacientes a los que cuidaba.
El valor total de los bienes robados ascendió a una suma de más de 10.000 euros, distribuidos entre un robo de un cheque de 4.500 euros; varias tarjetas con las que la delincuente retiró más de 4.000 euros en efectivo para el repostaje de gasolina y un menú de comida rápida; y, a otro de los ancianos, la cuidadora saqueó joyas valiosas.
Ladrona adicta a la cocaína
Tras ser detenida y puesta a disposición judicial, la extrabajadora de la residencia de ancianos admitió que cometió los atracos con el fin de financiar su adicción y consumo de cocaína. Delante del tribunal, la mujer se declaró culpable y pidió perdón a las víctimas porque “traicioné su confianza”.
Adicionalmente a la pena de prisión impuesta, la acusada deberá someterse a cuidados en una clínica especializada en la desintoxicación de sustancias estupefacientes para tratar su adicción a las drogas. Además, entre las medidas que el tribunal le ha impuesto, la excuidadora tendrá prohibido trabajar en el sector de servicios personales, lo que evitará cualquier riesgo de reincidencia durante la asistencia de grupos vulnerables como las personas mayores.