Bruselas responde a las quejas del campo español y defiende que el acuerdo con Mercosur beneficia a la agricultura: “No es todo blanco o negro”

El acuerdo de asociación entre la Unión Europea (UE) y el bloque económico Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) ha generado expectativas, pero también muchas controversias. Este tratado promete crear la zona de libre comercio más extensa del planeta, eliminando los aranceles para productos europeos como vehículos, maquinaria y tecnología. Sin embargo, han surgido preocupaciones por parte de algunos países europeos, liderados por Francia, debido al posible impacto negativo de este acuerdo en el sector agrícola de la UE.

El comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, afirmó este martes en una rueda de prensa que el acuerdo “no es un acuerdo en el que todo sea blanco o negro, es un acuerdo en que el beneficio general es alto y nuestro sector agrícola también se beneficia”. Además, tal y como ha recogido EFE, destacó que sectores como el lácteo y los quesos con indicaciones geográficas se van a ver muy beneficiados, y también subrayó la importancia de “cuidar de los sectores sensibles”, indicando que estas preocupaciones también deben ser atendidas. “Esto es algo que siempre nos tomaremos muy en serio. No obstante, creo que el acuerdo tiene muchas cláusulas y mecanismos de salvaguarda”, añadió Hansen.

Aun así, Francia persiste en su rechazo al acuerdo, y mantienen su postura enfatizando la necesidad de evaluar el texto negociado con detenimiento. Sophie Primas, la ahora exministra francesa de Comercio Exterior, ya había desestimado el acuerdo, y afirmó que “no compromete más que a ella (la Comisión Europea)”. Según la información publicada por RTVE, Primas también señaló que el acuerdo sigue siendo “inaceptable” en su estado actual.

La Comisión Europea, que negoció el tratado bajo el mandato de los Estados miembros de la UE, interpreta que el acuerdo está alineado con sus directrices. Hansen manifestó que “si el Ejecutivo comunitario lo cerró el viernes pasado (6 de diciembre) es porque considera que el texto está en línea con dicho mandato”. El rechazo compromete que el acuerdo entre en vigor, ya que será necesario el visto bueno tanto del Parlamento Europeo como de al menos 15 países de la UE que representen dos tercios de su población.

Hansen ha insistido en la necesidad de “escuchar las preocupaciones de esos sectores y de los agricultores”, un aspecto fundamental para mitigar las tensiones. Además, se ha pedido que haya traducciones al detalle del acuerdo, a pesar de que, según Hansen, “el pulido jurídico no se hace en un momento”.

El proceso para que el acuerdo sea completamente vigente puede llevar tiempo, dada la complejidad de las negociaciones y la variedad de intereses en juego. Se espera que los Estados miembros y el Parlamento Europeo evalúen el progreso antes de tomar decisiones definitivas sobre el futuro del tratado. Sobre esto, Hansen señaló que “ahora será el papel de los colegisladores, no solo de los Estados miembros, sino también del Parlamento Europeo, hacer balance de lo que se ha logrado”.

Por su parte, los agricultores europeos se han manifestado este lunes en Bruselas en contra del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur. En la protesta, organizada por el sindicato belga de agricultores FWA/UAW y apoyada por las organizaciones agrícolas COPA-COGECA, también estuvieron líderes del sector que advirtieron sobre los riesgos de este acuerdo para la agricultura de la UE.

Durante la manifestación, el presidente de ASAJA (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) Pedro Barato, habló sobre lo que podría suponer el acuerdo para la agricultura europea. Además, argumentó que el tratado es “incoherente y desleal”, dado que la Comisión Europea ha incrementado las normativas sobre sustentabilidad, bienestar animal y uso de fitosanitarios para los productores europeos, sin demandar los mismos estándares a los productos provenientes de los países del Mercosur.

Según las organizaciones, los sectores de carne de vacuno, aves de corral, azúcar, etanol y arroz estarían especialmente en riesgo debido al acceso de productos de bajo coste al mercado europeo. Esta situación, tal y como ha analizado Agrodiario, podría saturar el mercado y afectar la competitividad local. “Este doble rasero no solo mina la competitividad de la agricultura europea, sino que también traiciona los valores de sostenibilidad y justicia que la UE dice defender”, afirmaron los organizadores de la manifestación.