Las consecuencias de colarse en un avión: la pasajera que viajó sin billete de Nueva York a París se arriesga a pasar cinco años en la cárcel

Alegó estar huyendo de una persecución de los servicios secretos rusos, quienes supuestamente intentaron envenenarla con polonio

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Foto de archivo de aviones
Foto de archivo de aviones de American Airlines en el JFK International Airport de Nueva York (REUTERS/Eduardo Munoz)

El 26 de noviembre de 2024, Svetlana Dali, una ciudadana rusa de 57 años, logró abordar sin billete ni documentos de identidad un vuelo de Delta Airlines desde el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York con destino a París. Dali eludió múltiples controles de seguridad al mezclarse con un grupo de pasajeros y se ocultó en el baño del avión durante varias horas. Su presencia fue descubierta por la tripulación al notar su prolongada estancia en los aseos y tras realizar un recuento de pasajeros.

Al aterrizar en el aeropuerto Charles de Gaulle, Dali fue detenida por la policía fronteriza francesa. Alegó estar huyendo de una persecución de los servicios secretos rusos, quienes supuestamente intentaron envenenarla con polonio en colaboración con agentes estadounidenses. Sin embargo, exámenes médicos realizados en Francia no encontraron indicios de envenenamiento.

Dali portaba un pasaporte ruso vencido y carecía de visado válido, aunque poseía una green card que le permitía residir en Estados Unidos. Inicialmente, se le negó la entrada a Francia y se programó su retorno a Estados Unidos. No obstante, sus primeros intentos de deportación fracasaron debido a comportamientos disruptivos a bordo de los vuelos de regreso. Finalmente, el 4 de diciembre, fue escoltada de vuelta a Nueva York por agentes de seguridad.

A su llegada a Estados Unidos, Dali fue acusada en el Tribunal de Distrito del Este de Nueva York por abordar un avión sin consentimiento, enfrentando una posible pena de hasta cinco años de prisión. La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) también inició una investigación para determinar cómo logró evadir los controles de seguridad en el aeropuerto JFK.

Multas que te pueden poner en un avión

Viajar en avión implica seguir estrictas normas de comportamiento diseñadas para garantizar la seguridad y comodidad de todos los pasajeros y la tripulación. Sin embargo, los comportamientos disruptivos, desobedientes o peligrosos son más comunes de lo deseado y pueden tener consecuencias legales y económicas severas. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) recuerda que estos actos pueden ser sancionados con multas que llegan hasta los 5.000 euros, además de otras posibles repercusiones.

Entre las conductas sancionables más frecuentes se encuentra fumar en la cabina, una práctica prohibida en todos los vuelos comerciales. También se incluyen las desobediencias a las instrucciones de la tripulación, como el uso no autorizado de dispositivos electrónicos durante el despegue o aterrizaje. Los altercados con otros pasajeros, los insultos y el comportamiento irrespetuoso hacia el personal de vuelo son igualmente motivos de sanción. En casos más graves, como pasajeros en estado de embriaguez o bajo el efecto de drogas, las implicaciones pueden escalar, afectando directamente la seguridad del vuelo.

Un ejemplo significativo es cuando estas conductas obligan al desvío del vuelo. En estos casos, la persona responsable no solo afronta multas económicas, sino también la obligación de pagar los costos adicionales generados, como combustible extra, tarifas aeroportuarias y posibles retrasos en conexiones.

La Ley 21/2003, de 7 de julio, de Seguridad Aérea, establece claramente las obligaciones de los pasajeros, subrayando que deben respetar tanto las normas vigentes como las instrucciones del personal aeronáutico. Estas medidas buscan evitar que un comportamiento inapropiado comprometa la seguridad o genere incomodidad al resto de los viajeros.

Conocer y cumplir estas normativas no solo evita sanciones, sino que también garantiza un entorno seguro y tranquilo para disfrutar del vuelo. La responsabilidad de un viaje seguro es de todos.

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