“Es una situación de desamparo total”. Los agricultores y ganaderos españoles estallan ante el acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) alcanzado este viernes en la cumbre de Uruguay. Un hito “histórico” que establece la zona de libre comercio más grande del planeta. Ahora, por el lado europeo, tendrá que aprobarse por mayoría cualificada en el Consejo.
Las protestas del sector primario español coinciden con la de sus compañeros franceses, alemanes, italianos o belgas: “Nos van a hacer cumplir unas normas que desde fuera no se van a cumplir. Nuestro producto, económicamente, va a ser deficitario y estamos abocados a una destrucción de nuestro trabajo, de nuestro empleo y de algo que ha sido milenario aquí en Europa”, señala en una conversación con Infobae España, Cipriano Guillén, ‘Cipri’, agricultor y portavoz de la cooperativa agraria de Arganda del Rey, en el sur de Madrid.
La Comisión Europea estima que, gracias a la eliminación de aranceles, las exportaciones europeas se beneficiarán de un ahorro arancelario de 4.000 millones de euros anuales. La dirigente germana ya ha asegurado en varias ocasiones que la mayor asociación comercial y de inversión del mundo creará un mercado de 700 millones de personas, una oportunidad única para que la industria europea, entre ellas la automovilística alemana, actualmente en declive, recorte distancias con EEUU y China.
De ahí que países como Alemania y España presionen para cerrar el acuerdo, mientras que Francia, la segunda potencia económica de la UE, ya ha avisado que se rebelará e intentará buscar apoyos de otros líderes para bloquear el acuerdo cuando llegue la votación final en el Consejo. Temen que el acuerdo deje en fuera de juego a sus agricultores y ganaderos con toneladas de carne de ave y de vacuno de un coste entre un 18% y un 32% inferior al producido en el territorio comunitario.
“Europa ha tomado la decisión de subir los aranceles a los coches eléctricos chinos porque venden muy barato en Europa. Pero con la agricultura que va a venir de fuera no lo van a hacer. Los van a seguir vendiendo igual de baratos en una competencia completamente desleal con la que hay aquí”, critica ‘Cipri’.
Otra de las grandes batallas entre el Viejo Continente y América Latina tiene que ver con las estrictas regulaciones medioambientales que impone el bloque comunitario a sus productos. Los agricultores denuncian que ellos están sometidos a estrictos controles con la utilización de ciertos pesticidas, mientras que en países como Brasil están permitidos. Es el caso del glifosato que, según explica GreenPeace, supone un “grave riesgo para la salud humana, los animales o el medio ambiente”.
Guillén denuncia que esta situación de competencia desleal solo va a conseguir que desaparezca la agricultura europea, o que esta “quede en manos de grandes empresas y de grandes lobbies” que especulen con los con los productos que puedan obtener ahí. “Nuestro trabajo tiene un precio. Si no se puede pagar, abandonamos”, afirma el agricultor.
“No habrá relevo generacional”
Preguntado acerca de si se contempla en el sector una nueva ola de protestas de agricultores como la protagonizada a comienzos de este año, el portavoz de la cooperativa madrileña descarta por ahora llevar a cabo nuevas movilizaciones porque “ya las hubo y ni italianos, ni franceses, ni españoles han conseguido absolutamente nada”.
‘Cipri’ es hijo y nieto de agricultores, pero lamenta que este relevo entre generaciones vaya a dejar de producirse. “Ya no quedan casi agricultores de 20 años ni 30 años”. Advierte que los agricultores de ahora, “que ya están envejeciendo y que ya van de camino a la jubilación”, van a terminar por aguantar el tirón “y ya está. A cerrar el chiringuito. Se acabó”. “El día que fallen las exportaciones en el otro continente no tendremos capacidad de abastecer a toda Europa”, sentencia.