Todos los seres vivos necesitan consumir agua. Pero hay quienes tienen que hacerlo en cantidades ingentes para poder sobrevivir. Y es que hay especies que, en función de factores diversos, como la edad, la raza, el peso, la actividad que realice o los componentes de su ración de comida, precisan una cantidad concreta. De hecho, existe un animal que tiene que beber unos 25 litros al día porque, de lo contrario, podría deshidratarse y, por ende, sufrir los efectos adversos que esto conlleva.
El reino animal está repleto de curiosidades y hechos llamativos que aún son desconocidos para una inmensa mayoría de personas, como, por ejemplo, cuál es el animal que tiene que dormir hasta 14 horas al día o el único en el mundo que no puede saltar. Otro dato llamativo es que el caballo es el ser vivo que bebe, como mínimo, 25 litros de agua al día para que sus órganos sigan funcionando de forma correcta.
Los expertos recomiendan que el consumo de líquido por parte de estos equinos ronde los 5 litros por cada 100 kg de peso corporal. Se estima que un caballo adulto puede beber entre un 6 y un 12% de su peso en agua, mientras que los seres humanos necesitan en torno a 1,5 litros al día para el buen funcionamiento de su organismo. No obstante, hay que tener en cuenta que la cantidad ideal que deben ingerir los animales depende de múltiples cuestiones.
Un mínimo de 5 litros de agua por cada 100 kg
El consumo de agua de un caballo varía según diversos factores, como su edad, complexión, alimentación, actividad física, clima, sexo y el estado en el que se encuentre, así como las condiciones del entorno en el que vive.
En términos generales, se estima que un caballo necesita al menos 5 litros de agua por cada 100 kilogramos de peso corporal. Así, un animal de 500 kilos debería consumir un mínimo de 25 litros diarios. Sin embargo, esta cifra puede fluctuar según las características fisiológicas de cada caballo, su etapa de vida, peso, y otros factores como la lactancia, la genética y el tipo de actividad que realice.
Por ejemplo, una yegua en lactancia puede requerir entre 15 y 30 litros adicionales de agua al día para cubrir sus necesidades. A estos aspectos se suman influencias externas como las condiciones climáticas, la cantidad de ejercicio físico que realice y su dieta.
Consumen líquido por voluntad propia, no por obligación
En climas fríos, los caballos suelen consumir menos agua, lo que impacta también en su ingesta de alimentos. Este comportamiento no solo responde a la temperatura ambiente, sino a la del agua que se les ofrece. Si el agua está templada, su consumo aumenta, lo que a su vez favorece una mejor ingesta de alimentos.
Los expertos advierten que no es posible forzar a los caballos a beber agua durante el día: ellos ingieren lo que necesitan en función de su requerimiento fisiológico. Por ello, la responsabilidad de los cuidadores es garantizar que siempre haya agua disponible en depósitos limpios y en condiciones adecuadas, asegurándose de que esta sea de buena calidad para evitar problemas de salud.
En situaciones de ejercicio intenso, el caballo puede beber con avidez, lo que puede llevar a una condición conocida como intoxicación hídrica. Para prevenir este riesgo, se recomienda ofrecerle agua en pequeñas cantidades, distribuidas a lo largo del tiempo. Es fundamental esperar al menos dos horas después del esfuerzo físico para permitir que el animal recupere su temperatura corporal y su ritmo respiratorio antes de dejarle beber en grandes cantidades.