Yvette tiene 90 años, es viuda y no tiene hijos que la cuiden. Con la jubilación, sus facultades van deteriorándose, pero ella se ha negado a mudarse a una residencia: quiere permanecer en su casa, en la que ha vivido toda la vida, localizada en el departamento de Lot, en Francia, a pesar de los desafíos que presenta su salud. Sin embargo, su situación se ha complicado debido a problemas cognitivos que han afectado su capacidad para alimentarse adecuadamente y realizar tareas diarias.
No es la única habitante de Lot con este problema. De hecho, es el segundo departamento más envejecido de Francia y un tercio de su población se enfrenta a una situación similar, según ha contado el medio galo La Dépêche. Para aquellos ancianos que desean permanecer en sus hogares, la asociación DAC46 (siglas de Dispositivo de Apoyo a la Coordinación en el departamento de Lot) ofrece un acompañamiento personalizado. Yvette ha sido una de las beneficiarias de este programa, que le ha permitido recibir ayuda a domicilio tres veces por semana para el mantenimiento de su hogar y la compra de alimentos.
“Ella siempre ha manifestado su voluntad de envejecer en su casa, allí donde están sus recuerdos”, han explicado a La Dépêche desde DAC46. La asociación utiliza el dinero de su pensión para cubrir los gastos de su cuidado: productos de limpieza, la compra, aseo...
La salud de Yvette se deteriora
El de Yvette es un caso complicado pues, a pesar de la asistencia personalizada que recibe, su salud se deteriora cada día. Los profesionales de los cuidados que la visitan semanalmente han notado un rápido declive físico y la incapacidad de Yvette para gestionar su higiene personal, su administración y su presupuesto. Además, su vivienda se ha vuelto inadecuada para sus necesidades actuales, con escaleras estrechas que dificultan su movilidad. A menudo, Yvette permanece en cama la mayor parte del día y ha comenzado a rechazar cualquier tipo de ayuda o cuidado, mostrando una forma de negación sobre su situación.
La coordinadora del DAC46, Marlène Bousquet, ha seguido de cerca el caso de Yvette. Según La Dépêche, Bousquet ha destacado la fuerte personalidad de Yvette, quien a veces llega a despedir a los profesionales que intentan asistirla. Esta resistencia ha agotado a su vecina, quien también actúa como cuidadora informal encargándose de sus medicamentos. Por eso mantienen conversaciones constantes con la mujer para “establecer con ella los límites de su estancia en el hogar y anticipar el empeoramiento de su estado”, han explicado desde DAC46 a los medios franceses.
Tras un año de duro trabajo, DAC46 ha ido adaptando la asistencia de Yvette, que ahora atiende un nuevo equipo médico y un equipo móvil geriátrico, asegurando una atención más completa y personalizada.
La negativa de Yvette a ingresar en una residencia para ancianos refleja un fenómeno común en Lot, donde muchos ancianos prefieren envejecer en sus hogares a pesar de las dificultades. No queda claro hasta cuándo podrá mantenerse Yvette en una vivienda que no está adaptada a sus necesidades, pero espera resistir todo lo posible.