Bizum ha revolucionado el ámbito financiero al facilitar las transferencias de dinero de manera rápida y sencilla. De hecho, la sociedad se ha acostumbrado tanto a realizar pagos casi instantáneos que cualquier demora inesperada genera inquietud. Sin embargo, la aplicación de pago al momento también tiene sus restricciones, por lo que hay ocasiones en las que toca recurrir a las tradicionales transferencias. Pero, ¿Cuánto tiempo tardan en llegar?
Lo primero que hay que saber es que el tiempo que tarda una transferencia en hacerse efectiva depende de varios factores, como el tipo de transferencia, la hora en que se realiza y si es nacional o internacional, e incluso la entidad a la que se pertenezca y con la que se realice el traspaso de fondos.
Según explican desde el blog de la entidad española Santander, existen dos tipos de transferencias, según sus características, que harán que el dinero llegue inmediatamente o más tarde:
- Transferencias estándar: Son las más habituales, realizadas de forma ordinaria, y el importe enviado estará disponible en la cuenta del destinatario dentro de un día hábil. No obstante, el tiempo de ejecución puede depender de la hora en que se realice la orden de transferencia. Y es que, cada banco establece una “hora de corte”, que es el límite para procesar las transferencias el mismo día. Si la transferencia se realiza antes de esa hora, el dinero puede llegar a la cuenta de destino en menos de un día hábil. Sin embargo, pueden tardar hasta 48 horas, o incluso más, si se realizan durante fines de semana o festivos.
- Transferencias inmediatas: En algunos casos, el destinatario puede necesitar recibir el dinero de forma urgente. Para ello, se utilizan las transferencias inmediatas, que permiten que el dinero llegue a la cuenta del destinatario casi al instante. Este tipo, hasta ahora, solía implicar una comisión que debía pagar quien realizaba el envío. Sin embargo, desde el 9 de enero de 2025, todas las transferencias inmediatas entre cuentas de bancos en los países de la UE deberán ser procesadas y completadas en un máximo de 10 segundos, sin importar el día ni la hora en que se efectúen. Además, la normativa también establece que el coste de las transferencias inmediatas no podrá superar el de las transferencias convencionales, lo que significa que se eliminarán los cargos adicionales que, en muchos casos, los bancos solían imponer por realizar transferencias rápidas.
Por lo tanto, si se realiza una transferencia estándar un viernes, lo más normal es que hasta el lunes siguiente no se haga efectiva. Sin embargo, si fuese inmediata sí debería llegar en el momento.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que si la transferencia es en Euros, independientemente de que sea nacional o internacional, el plazo máximo de ejecución es de un día hábil. Sin embargo, en el caso de transferencias internacionales que no se realicen en Euros, su plazo de ejecución suele tardar entre 2 y 5 días.
El plazo de ejecución de una transferencia también puede verse influido por las entidades de origen y destino del dinero. Si ambas cuentas, la emisora y la receptora, pertenecen al mismo banco, la transferencia se realizará en el mismo día, y el importe suele estar disponible de forma instantánea, dado que se trata de una transferencia interna. En cambio, cuando se realiza una transferencia entre bancos distintos, los tiempos de ejecución serán los correspondientes a una transferencia estándar, aplicando los plazos habituales según la entidad receptora.
Cuál es el límite máximo de dinero que se puede transferir, según la ley
En España, las transferencias bancarias son una herramienta esencial para la economía moderna, pero están sujetas a regulaciones estrictas para prevenir el blanqueo de capitales y el fraude fiscal.
Según la Ley 10/2010, los usuarios pueden realizar transferencias de hasta 10.000 euros sin necesidad de declararlas a Hacienda, a menos que se realicen por internet, en cuyo caso el límite se reduce a 6.000 euros. Superar estos umbrales implica la obligación de informar a las autoridades fiscales.
Las entidades bancarias están obligadas a reportar a la Agencia Tributaria cualquier transacción que exceda los 3.000 euros, conforme a la Ley 7/2012. Además, se monitorean las operaciones que superan los 10.000 euros y los préstamos o créditos que sobrepasan los 6.000 euros. Estas medidas buscan asegurar que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones fiscales, ya que, como estipula el artículo 6.1 del Código Civil español, la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento.
El objetivo de estas normativas es claro: prevenir el uso indebido del sistema financiero para actividades ilícitas. Las transferencias bancarias, por su rapidez y seguridad, son un pilar de la economía, pero también pueden ser un canal para el fraude si no se controlan adecuadamente. Por ello, las autoridades han establecido estos límites para garantizar la transparencia y legalidad de las transacciones.
La regulación de las transferencias es parte de un marco más amplio de medidas destinadas a combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Estas leyes no solo afectan a los individuos, sino también a las empresas, que deben cumplir con requisitos de reporte y diligencia debida para evitar sanciones.