La economía española se ha convertido en una de las locomotoras de la zona euro, así lo reconoce la OCDE que ha revisado de nuevo al alza sus previsiones de crecimiento para España. Para este año sitúa su crecimiento en el 3%, de forma que será la segunda más alta de todos los países miembros y superará la media de la eurozona, que se situará en el 0,8%.
Según recoge en su informe semestral de Perspectivas publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que la demanda interna será el factor que tire del carro de la economía española y eleva también sus predicciones de crecimiento para 2025 hasta el 2,3 %, al tiempo que calcula que en 2026 será del 2%. En su informe de mayo, había calculado que la progresión del producto interior bruto (PIB) iba a ser del 1,8 % en 2024 y del 2 % en 2025, y ya había corregido en septiembre esas cifras para subirlas al 2,8 % y al 2,2 %, respectivamente.
La previsión del ‘think tank’ de las economías avanzadas es más optimista para este año que el Gobierno español, que ha anticipado un incremento del PIB del 2,7%, aunque en 2025 espera un 2,4 %. Los pronósticos de la OCDE están alineados con las cifras del informe de las perspectivas de otoño de la Comisión Europea, con las que coincide tanto para este año como para el próximo.
La demanda interna tira de España
La OCDE argumenta en su informe que “la demanda interna sustentará el crecimiento, ya que el consumo privado se expandirá gracias a un mercado laboral resiliente, mayores ahorros de los hogares y aumentos de los ingresos reales”. Incide en que la inversión se recuperará apoyada en los menores costes de financiación y la implementación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
También advierte de que, si bien las exportaciones se beneficiarán de las tendencias positivas del turismo, la recuperación de las importaciones limitará la contribución de las exportaciones netas al crecimiento. Entre los principales riesgos a la baja para la economía española, la organización destaca el aumento de las tensiones geopolíticas, que podrían empeorar la demanda de los principales socios comerciales de España, y una lenta implementación del PRTR.
El informe recoge que la inflación disminuirá de manera constante hasta 2026, ayudada por los precios más bajos de la energía y los alimentos y las presiones salariales limitadas. Así, las nuevas proyecciones para España de la organización anticipan que la tasa de inflación armonizada será del 2,8% en 2024, del 2,1% el próximo año y del 2% en 2026.
Desempleo y déficit
En este contexto, no cree que el paro vaya a descender tan rápido como supone el Ejecutivo, lo deja en el 10,5% de media en 2026 y no en el 9,7%, pero sí da por buenas sus pronósticos sobre el déficit, que del 3% del PIB este año debería reducirse al 2,5% en 2025 y al 2,1% en 2026.
Considera crucial la aplicación efectiva del plan de consolidación fiscal para cumplir con las reglas europeas, poner la deuda pública en una trayectoria descendente y liberar recursos para los futuros gastos prioritarios, en especial ante el envejecimiento demográfico. Para eso, sus recomendaciones son ampliar la base impositiva del IVA, más impuestos medioambientales y una mayor eficiencia del gasto público.
El informe destaca las dificultades de muchas empresas para encontrar trabajadores con ciertas cualificaciones que conviven con un alto nivel de desempleo. Para paliar esta situación, aconseja incrementar la productividad y ajustar los programas educativos con las demandas del mercado laboral.