La historia de Ludovic, el empleado de la tienda de descuentos Action que fue despedido por comerse unas salchichas y olvidarse de pagarlas

El subdirector de la tienda ha sido cesado de su puesto por no abonar la consumición que hizo durante su turno de trabajo

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La nueva tienda de Action en Alcalá de Henares.  (ACTION)
La nueva tienda de Action en Alcalá de Henares. (ACTION)

Los despidos en los puestos de trabajo son uno de los mayores miedos que un trabajador puede tener en con su labor. Aunque en algunas ocasiones a medio plazo se puede ganar la disputa legal por ser improcedente, otros son todo lo contrario. Tener unas funciones cuidadas y no dar lugar a posibles razones para hacer un despido procedente es algo relevante a la hora de mantener el cargo de forma prolongada.

A pesar de ello, siempre hay situaciones en la que pequeños despistes dan cabida a la posibilidad de crear justificaciones que las empresas pueden usar en contra de los empleados, como ha sido el caso de Ludovic y la marca Action. El trabajador llevaba casi una década en la entidad hasta que ha sido despedido por dejar una consumición sin pagar durante su turno: unas salchichas, como detalla el medio francés de Le Parisien.

Despedido y notificado con una carta

Una vez la empresa fue consciente de lo sucedido, estos catalogaron la causa como un “despido por causa real y grave”. Fruto de esa irregularidad en el turno de trabajo, Action decidió mandar un escrito a Ludovic en el que se le notificaba que se prescindía de sus servicios, que habían sido de más ocho años que este había estado en la cadena.

Salchichas.  (IStock)
Salchichas. (IStock)

“Sus actos han ocasionado a la tienda Action de Nogent-sur-Oise una pérdida de 5,48 euros”, reza el comunicado que se le hizo llegar. De esa forma, la empresa se sustenta en esa mínima pérdida, fruto de un olvido del trabajador, para tomar la decisión de forma legal y sin tener problemas jurídicos, en principio. Además, otro agravante de lo acontecido es que el empleado lo hizo durante su turno, sin haber anteriormente fichado para ejercer el derecho a su pausa. “Cogí una lata, un paquete de pasteles y unas mini salchichas de la estantería, y me fui a mi despacho a comérmelos”, asume él, pero con matices posteriores. “Como había mucha gente en la caja, pensé que pagaría más tarde, pero se me olvidó pagar esa tarde”, añade el empleado, que acudió en su siguiente día de trabajo a pagar los artículos, pero con un olvido.

Pagó su deuda, pero se olvidó de las salchichas

Consciente de su deuda pendiente, al ingresar en su siguiente jornada laboral, acudió a saldar sus pagos. Sin embargo, un lapsus hizo que no recordar las salchichas, que finalmente le ha terminado por acabar costando el puesto de trabajo. ”Les di mi versión de los hechos, pero no quisieron creerme”, describe Ludovic. “Me reprocharon no haber pagado antes de consumir, como exige el procedimiento”, completa consciente del error que cometió.

Sin embargo, pese a asumir su mala práctica, la empresa no ha tenido piedad con él. “Cometí un error, lo reconozco: debí pagarlo en su momento”, fue su lamento ante todo el revuelo que sus consumiciones han causado. “Pero ¡no merecía ser despedido!”, añade para dejar caer su disconformidad con la decisión final que se ha tomado con él tras sus ocho años de ascenso y progresos dentro de la marca.

Ahora, Ludovic se prepara para tomar acciones contra la marca al alegar que no es una causa proporcional la falta con la consecuencia, tal y como describe el miembro de la CGT que el despedido ha contratado para la causa. “La decisión debe basarse en hechos objetivos y que debe existir cierta proporcionalidad entre la sanción y la falta”, aporta Richard Bloch, representante sindical. “Con una pérdida de 5,48 euros, es evidente que no se cumple este último criterio”, finaliza.

El Supremo pone límite a los despidos disciplinarios: no pueden realizarse sin que el trabajador tenga la posibilidad de defenderse.
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