Recientemente, Fabiola Martínez ha sacado a la luz uno de los capítulos más oscuros de su vida en su libro Cuando el silencio no es una opción, que verá la luz en febrero de 2025. En sus primeras pinceladas, la exmujer de Bertín Osborne asegura que sufrió “abusos sexuales desde los cinco años. Un trauma que le sigue acompañando a día de hoy”. Un capítulo del que ya habló en Lecturas meses antes y que la revista del corazón ha querido rememorar este miércoles, 4 de diciembre, llevando su rostro a la portada.
La modelo se sinceró y habló de su dura infancia en Venezuela y del infierno que vivió al lado de una expareja que acabó en la cárcel y condenado por abusar de una de sus hijas. “Fui una niña a quien le robaron su infancia y que tuvo que aprender a ser fuerte demasiado pronto. Guardé en secreto un drama que me llenó de dolor y me marcó para siempre”, cuenta la empresaria en la sinopsis de su libro.
En su entrevista para la revista del corazón, Fabiola aseguró que le atemorizaba recordar algunos episodios de aquella dura infancia que vivió en Maracaibo, su ciudad natal. “Vivíamos en Maracaibo, en casa de mi abuela, y allí no teníamos ni agua. Mis padres siempre se han esforzado mucho, pero la situación no era fácil. Yo era muy pequeña, pero era la mayor de todos los primos por parte de mi madre. Desde pequeñita, he sabido cambiar pañales, dar biberones, bañarlos... Esas cosas te van curtiendo”, desveló a la ya citada publicación, dejando entrever que creció en el seno de una familia humilde y de pocos recursos.
“Hay cosas que pasan y de la que no se habla”
Para Fabiola, ser la mayor de la familia le implicaba ocuparse de tareas que no le tocaban por edad, algo que para ella fue muy duro, tal y como ella misma reconoció a Lecturas. Sin embargo, aquello le ayudó a madurar. “Mi padre hacía un poco de todo, trabajaba con la madera, porque mi abuelo tenía un aserradero, viajaba mucho y mi madre lo ayudaba. Y durante mucho tiempo nosotros estábamos solos. Yo he cuidado de mi hermano desde pequeñito”, continuó detallando.
“Mi madre llegaba y preguntaba si los platos estaban limpios. Con la excusa de que así aprendes a hacer de todo desde muy pequeña. ¿Qué me dio todo eso? Seguridad en mí misma. Que mis padres no me sobreprotegieran en un entorno duro hizo que yo, desde pequeña, tuviese carácter y personalidad, y me rebelara ante algunas cosas”, recordó sobre aquellos años, poco antes de centrarse en hablar del capítulo más duro de su vida.
“Hay cosas que pasan y de las que no se habla lo suficiente, cosas que les pasa sobre todo a las niñas, que te toquen o que alguien se tome ciertas atribuciones que no le corresponden. Yo siempre he sido muy delgada, muy alta, me molestaban mucho y en muchas situaciones y tuve que aprender a defenderme”, prosiguió diciendo. Aunque ha pasado mucho tiempo desde entonces, lo cierto es que aquello quedó para siempre en el recuerdo de la modelo, que ahora ha decidido empezar a sanar esa herida compartiendo en su libro su pesadilla.
“Ha sido difícil, porque un trauma como este lo que hace es alejarte de ti, te disocia. Tú desconectas de la niña, de la adolescente, pasas por un proceso. Yo a día de hoy solo me veo como soy yo ahora, pero yo no soy solo ahora. Ese es el proceso más complicado, volver otra vez a abrazar a esa niña, reconciliarme y sanar”, ha contado Fabiola, quien lleva casi un año yendo a terapia con la famosa psiquiatra Marian Rojas Estapé.