A lo largo de 2024, los rectores de las universidades públicas madrileñas han alzado la voz en diferentes ocasiones contra la falta de financiación que estaban sufriendo por parte de la administración Comunidad de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso. “Las universidades públicas madrileñas acumulan 15 años de infrafinanciación y una progresiva reducción de los ingresos, sin señales de mejora”, escribían en noviembre en una carta conjunta enviada a la presidenta.
Por su parte, el rector de la Carlos III, había concretado el problema varios meses antes, en abril: “Tenemos en las universidades en general un 15% menos de la financiación que teníamos en 2010″. “Tenemos, además, una precariedad del 49%, un gran envejecimiento de plantillas y en 10 años se jubila el 30%”. Una serie de problemas a los que habría que añadir la falta de inversión en investigación y desarrollo, la ausencia de una financiación o la obsolescencia de las infraestructuras”.
Cifras insuficientes
Ante esto, los rectores enviaron una carta al Gobierno regional solicitando que se aumentara el presupuesto para las universidades en 200 millones en los próximos 3 años, un 18% de lo habitual, para resolver el problema de financiación. Pero a pesar de que afirmaban de que ese dinero era una cuestión de supervivencia, Ayuso desoyó sus peticiones y, según cuenta el periódico El País, decidió aumentar un 0,9% la partida, un porcentaje que tras varias reuniones ha decidido ascender al 3,8%, es decir, 42 millones.
Esta cifra viene dada porque, en la carta enviada a noviembre, las seis universidades solicitaban un “mínimo” de un aumento del 4%, 45 millones que sí quedarían cerca de esos 42 millones ofrecidos, que sin embargo dejaron claro que solo permitiría sobrevivir a las instituciones. Así, los rectores han contestado durante la tarde de este martes que estas aportaciones presupuestarias, pese a ser “imprescindibles y bienvenidas, aún resultan insuficientes para garantizar la sostenibilidad de las universidades públicas madrileñas, asegurar la calidad de nuestras instituciones, subsanar su crónica infrafinanciación tras quince años sin subida real y abordar las inversiones necesarias en infraestructuras”.
Cabe recordar, por otro lado, la polémica generada tras conocerse que la presidenta de la Comunidad de Madrid había rechazado unos 170 millones de euros ofrecidos por el Gobierno de España para cofinanciar la contratación de hasta 650 profesores. “No es comprensible ni explicable una decisión como esta”, alegaba la ministra de Universidades, Diana Morant, en una carta dirigida a la presidenta madrileña. Al día siguiente, no obstante, la Comunidad de Madrid anunciaba que finalmente aceptaría el dinero, si bien trabajaría “en una propuesta alternativa” que se adaptara “a la realidad de Madrid”.
Los problemas reales de las universidades
La crisis de las universitarias madrileñas no viene de ahora. En los últimos 15 años, el presupuesto para nóminas y gastos corrientes ha subido un 5%. Un aumento insuficiente si se tiene en cuenta la inflación, de casi un 35%, en ese mismo periodo de tiempo. Otros factores como la pandemia, el precio de la luz aumentado tras la guerra de Ucrania o las nuevas necesidades docentes y académicas han acabado por situar estas instituciones en la cuerda floja.
Es más, un informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) señala que la Comunidad de Madrid es, junto con Cataluña, una de las comunidades que menos dinero invierte por alumno, con una cantidad inferior a los 6.000, seguida de otras tres zonas gobernadas por el Partido Popular: Castilla y León, Andalucía y Murcia, que no llegan a los 7.000. En cambio, otras como La Rioja, Navarra o el País Vasco superan la cifra de los 9.000 euros por estudiante.