El empleado de una funeraria se encontraba realizando su trabajo con vistas al entierro del desafortunado cuando, de repente, un obstáculo interfería en el curso de la aguja de uno de sus instrumentos con los que estaba realizando la limpieza del cadáver. Sin embargo, este trabajador, director de la funeraria, nunca imaginó lo que estaba incrustado dentro del cuerpo.
“En 28 años de experiencia, nunca había visto una situación así” ha confesado el fiscal de Agès, Abdelkrimi Grini, el pasado sábado 30 de noviembre. Había un cuchillo de 33 centímetro dentro de la caja torácica, según ha informado el diario francés La Déspêche.
Así, el fiscal, ha reabierto una investigación sobre un posible asesinato de un hombre de 54 años en Aubagne (sur de Francia). El hombre fue encontrado inerte a principios de la semana pasada en el parque de una clínica de Bocas del Ródano, donde estaba siendo tratado por problemas psicológicos.
Al parecer tenía varias heridas en el pecho y otra en la arteria carótida (encargada de llevar la sangre del corazón a la cabeza). No obstante, un médico de la clínica concluyó que el hombre se había suicidado.
“Durante el aseo mortuorio, el director de la funeraria que preparaba el cuerpo vio que su aguja chocó contra un obstáculo. Un cuchillo de 33 centímetros estaba alojado en el tórax, enterrado hasta el mango, invisible desde el exterior y cuya hoja estaba colocada al nivel del corazón”, ha explicado el fiscal Grini.
Nueva investigación y autopsia a la vista
El médico que declaró el suicidio del cincuentón lo hizo basándose en las pruebas que presentaba el cuerpo a su lado. “Se descubrió un cúter, así como cartas escritas en las que indicaba que estaba poniendo fin a su vida”, ha declarado el fiscal.
Además, tampoco se detectaron signos que indicaran un forcejeo o una lucha por salvar su vida. “El médico constató suicidio, ya que, a priori, todo convergía hacia esa tesis”, ha añadido el fiscal. Sin la atención y detección de la funeraria, el cuchillo “probablemente nunca habría sido descubierto”, ha señalado Grini.
Mientras tanto, y a petición de la familia del fallecido, el cuerpo fue repatriado a Gard, en Vigan, cerca del parque nacional francés Las Cevenas, para ser enterrado allí tras los cuidados de los directores de la funeraria.
De todos modos, y para asegurarse del motivo exacto de la muerte del hombre de 54 años, se ha abierto una investigación para “buscar las causas” con el fin de determinar si se trató de un posible asesinato o corroborar la teoría de un suicidio.
Asimismo, y tras estar de nuevo la investigación abierta, las dudas vuelven a surgir. ¿Suicidio o asesinato? Esta respuesta la va a resolver la solicitud de una nueva autopisa del cadáver que se realizará este lunes en Nimes, según ha informado France Bleu.
“Es necesaria una autopsia. Según las conclusiones de esta, si se confirma la teoría del suicidio, el procedimiento se detendrá allí. Pero si se confirma la tesis de la intervención de un tercero y, por tanto, de un posible criminal, la investigación será confiada a la fiscalía de Marsella, ya que los hechos ocurrieron en Aubagne”, ha concluido el fiscal.