Un camarero es despedido tras llamar “inútil” y “mierda” a un compañero, insultar a los jefes e intentar robar documentos de la empresa: “Los negocios son para gente con cojones”

El trabajador llegó a las manos con uno de sus superiores porque intentó sustraer el registro horario de los empleados

Imagen del bar 'La Forja', publicada en su cuenta de Instagram.

Tratar mal a tus compañeros de trabajo, incluido a tus jefes, y robar documentos de tu empresa nunca puede acabar bien. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha confirmado recientemente el despido de un trabajador acusado de este tipo conductas inapropiadas en su lugar de trabajo. Es el caso de Romeo, un camarero que trabajaba en el establecimiento La Forja, en Oviedo, que se llegó a dirigir a sus jefes con frases como “no tenéis ni puta idea de llevar vuestro negocio” y “los negocios son para la gente con cojones, no como vosotros”, según la sentencia a la que ha tenido acceso Infobae España.

Los antecedentes del caso revelan que Romeo comenzó su empleo con la empresa en julio de 2022, inicialmente como empleado a tiempo parcial antes de pasar a jornada completa. Sin embargo, en octubre de 2023, comenzaron a surgir incidentes preocupantes que finalmente desembocaron en su cese. Según los informes presentados durante el juicio, el trabajador mantuvo una conducta verbalmente abusiva hacia sus compañeros y superiores. Entre las acusaciones, además de las ya citadas afirmaciones hacia los administradores de la empresa, se destacan comentarios despectivos hacia un compañero, Marco Antonio, al que supuestamente se llamó “inútil” y “mierda”.

Además de los enfrentamientos verbales, el 29 de octubre de 2023, ocurrió un altercado físico entre Romeo y uno de sus jefes, Aníbal. Este incidente culminó con Romeo intentando sustraer documentos que contenían registros de horarios de los trabajadores de la empresa, lo que llevó a un forcejeo para recuperar dichos papeles.

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La empresa notificó formalmente su despido disciplinario el 2 de noviembre de 2023 mediante un burofax. En el documento, se detallaron múltiples infracciones que, según la empresa, justificaron la terminación del contrato de trabajo. Entre estos, se incluyen la desobediencia a órdenes directas, cierre inapropiado del establecimiento, falta de mantenimiento y limpieza, y recibir quejas de los clientes.

Más allá de los episodios en el lugar de trabajo, el tribunal también examina cuestiones legales derivadas de denuncias de hurto y presuntas lesiones presentadas por ambas partes. Sin embargo, el Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo absolvió a ambos de las acusaciones tras el juicio, indicando que no se objetivaron lesiones en Romeo tras el incidente del 29 de octubre.

El despido es disciplinario

Romeo recurrió la decisión de despido ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias y argumentó una valoración incorrecta de las pruebas y una infracción de varios artículos del Convenio Colectivo de Hostelería del Principado de Asturias y del Estatuto de los Trabajadores. No obstante, el tribunal desestimó el recurso, reiterando que los episodios documentados en la carta de despido y las pruebas presentadas justificaban la terminación del contrato bajo la figura del despido disciplinario.

El fallo de la sala conclusiones que no era necesario revisar la valoración de las pruebas puesto que quedaron claros los hechos probados de las actuaciones del empleado que se alineaban con las causas para un despido procedente. Además, el tribunal señaló que el comportamiento de Romeo durante su período de empleo constituía múltiples faltas calificadas como “muy graves” según el Convenio Colectivo vigente.

En cuanto a las implicaciones financieras, la sentencia incluyó el pago de 146,82 euros por parte de la empresa a Romeo, correspondiente a salarios adeudados por los tres últimos días trabajados, cantidad que devengará un interés moratorio hasta la fecha de resolución definitiva. Esta suma, sin embargo, es independiente de la justificación del despido como sanción disciplinaria.

La decisión judicial también marca un precedente en el manejo de procedimientos disciplinarios en el área de hostelería, enfatizando el papel de las pruebas y testimonios en la resolución de disputas laborales. Finalmente, se informó a las partes que cabe interponer un recurso de casación para la unificación de doctrina, ofreciendo una última oportunidad para apelar la sentencia dentro del plazo legal establecido.

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