La planta de Ford en Almussafes, que en los años noventa empleaba a más de 11,000 personas, con el tiempo ha visto una reducción significativa de su plantilla debido a las crisis económicas y al proceso de electrificación de vehículos. En 2015, la fábrica contaba con cerca de 9,000 trabajadores, pero actualmente solo emplea a unos 4,100. Desde 2020, se han implementado varios expedientes de regulación de empleo (ERE), resultando en el despido de 350 personas en 2020, 630 en 2021, 1,144 en 2023 y 626 en 2024. La empresa ha anunciado que para 2027 espera reducir su plantilla a 3,178 trabajadores.
Sin embargo, dentro de toda esta crisis en el sector automovilístico, hay un grupo de trabajadores que están viviendo en un limbo laboral, que por el momento no tiene ninguna salida. Estos son los 880 empleados con discapacidad de Illunion-MLV, una empresa vinculada a la ONCE, quienes denuncian que la empresa mantiene sus puestos de trabajo para seguir recibiendo ayudas como centro especial de empleo, según ha informado en exclusiva elDiario.es.
La empresa, que ha mantenido a sus trabajadores bajo un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) durante cinco años, cuenta con un excedente de personal que ronda el 40% de su plantilla. Esta situación ha generado incertidumbre entre los empleados, quienes no saben cuántos días trabajarán al mes ni cuánto cobrarán.
Uno de los trabajadores denuncia al mencionado periódico que hay gente que en un mes puede llegar a trabajar solo cuatro días, por lo que pueden cobrar unas retribuciones brutas de 200 euros. La situación es tan crítica que los propios empleados están solicitando un ERE para poder desbloquear esta situación en unas condiciones dignas.
Al final, su producción depende totalmente de las peticiones por parte de Ford y cada vez el futuro de esta empresa es más incierto. Según los trabajadores la única razón por la que siguen funcionando con este exceso de empleados es para que puedan cobrar las subvenciones.
Las ayudas del gobierno valenciano
La situación se agrava con la llegada de la DANA, que ha complicado aún más las condiciones de vida y trabajo de estos empleados. La incertidumbre y la precariedad laboral han llevado a los trabajadores a solicitar su despido, buscando una salida a una situación que consideran insostenible.
Para intentar resolver esta situación, una representación de la plantilla, integrados en STM-Intersindical Valenciana, se ha reunido con el secretario autonómico de Empleo y director general de Labora, Antonio Galvañ, para explicarle los problemas que enfrenta esta empresa, según ha recogido elDiario.es.
Durante la reunión, los trabajadores han solicitado que las ayudas del gobierno valenciano al proveedor de Ford se vinculen a la mejora de las condiciones laborales y a la complementación de las ayudas por desempleo. Además, han pedido que aquellos trabajadores que no sean necesarios puedan encontrar una salida laboral digna.
Los empleados también han criticado la falta de comunicación durante situaciones de emergencia, como la reciente DANA que afectó la región. Un trabajador falleció debido a la riada, y los empleados no recibieron alertas en sus teléfonos móviles mientras trabajaban. Como resultado, aquellos que terminaron su jornada a las 22 horas no fueron informados de la situación hasta que salieron del trabajo, lo que puso en riesgo su seguridad al regresar a sus hogares en València y otras zonas afectadas.
Galvañ se ha comprometido a considerar las demandas de los trabajadores y a buscar soluciones que mejoren sus condiciones laborales, según la información recogida por elDiario.es.