Fue el 13 de diciembre de 2021 cuando el mundo de la cultura se conmocionó al conocer el fallecimiento de Verónica Forqué, que entonces tenía 66 años. La conocida actriz se quitó la vida en su domicilio de Madrid, dejando huérfana a su única hija y un gran vacío en sus amigos y familiares. Pese a que han pasado tres años desde su pérdida, lo cierto es que resulta imposible no recordar a la ‘eterna sonrisa’ del cine español en el que sería su 69 cumpleaños.
Un día como hoy, 1 de diciembre (1955), llegó al mundo la intérprete de Kika y La vida alegre. La hija de José María Forqué y la escritora y actriz Carmen Vázquez-Vigo supieron transmitirle a su primogénita su pasión por la interpretación y, aunque empezó a estudiar un Grado en Psicología, lo cierto es que pronto tuvo claro cuál era su vocación. Así, su rostro formó parte de más de un centenar de películas y series de televisión, además de una treintena de funciones teatrales.
Sus primeras veces ante las cámaras fueron con las series Juan y Manuela y Silencio, estrenamos. En los años 70, participó en películas como Una pareja... distinta, Madrid, Costa Fleming, o El segundo poder junto a su padre. Además, también trabajó de la mano de Antonio Mercero, con La guerra de papá, José Luis García Sánchez, con Las truchas, o Carlos Saura, con Los ojos vendados.
2014, su ‘annus horribilis’
Fue en 1978 cuando se subió por primera vez a un escenario. En aquel entonces, participó en la obra teatral El zoo de Cristal de Tennessee Williams, que se llevó a cabo en el teatro Marquina bajo la dirección de José Luis Alonso. A principios de los 80, la pelirroja de sonrisa desbordante empezó a hacerse popular gracias a su participación en series de televisión como Ramón y Cajal o El jardín de Venus.
Aunque sus inicios fueron en el drama, lo cierto es que su dedicación y entrega hicieron que Forqué se convirtiera en la reina de la comedia de los años 80. Una imagen que sigue en la mente de todos los amantes del cine a día de hoy. Y es que siempre demostró una gran simpatía, dulzura, espiritualidad y ternura. Convertida en todo un emblema del cine español, la actriz trabajó con una interminable lista de directores, entre ellos Pedro Almodóvar con Matador y Kika.
Su última incursión en televisión fue de la mano de MasterChef Celebrity, programa en el que Forqué se convirtió en la estrella discutible de la edición 2021 del programa. Lo que pocos sabían entonces es que en el seno de su intimidad pasó por una profunda depresión tras la muerte de su hermano Álvaro, a quien dio el último adiós en 2014, mismo año en el que se separó de Manuel Iborra, con quien tuvo su única hija, María Forqué. Precisamente la hija de la actriz se convirtió en su mayor sostén en su peor momento.
Su hija, María Iborra
Poco después de su abrupta salida del espacio de cocinas de RTVE, y tan solo 12 días después de celebrar sus 66 años, la actriz fue encontrada muerta en su domicilio madrileño. Pese a su pérdida, lo cierto es que su legado sigue más presente que nunca, pues su hija se ha convertido en su mayor veladora. Tanto es así que María Iborra llegó a defender su suicidio en una desgarradora “carta de amor” con la que dejó claro que comprendía la situación.
María Iborra también siguió los pasos de su madre y se dedica al mundo del espectáculo. La hija de la intérprete es artista, performer y bailarina y destaca por lucir una peculiar estética muy complicada de describir, pues además de exhibir sus curvas, utiliza prótesis, prendas hechas a medida o bisutería a juego, según requiera la ocasión.