Cuando pensamos en alguien que pueda llevar una bandera de España ataviada a su muñeca, el retrato no tarda en llegar a nuestra mente: pantalones chinos, camisa, chaleco de plumas y unas zapatillas Pompeii, conocido popularmente como “Cayetano”. Y es que la rojigualda hace tiempo que dejó de tener unanimidad y que pasó a tener una carga simbólica mucho más fuerte y emocional para determinados grupos sociales.
Acorde a los expertos en vexilología (la ciencia que estudia las banderas) el problema con las telas es cuando representan más a un colectivo, ya que, ahí se desatan los problemas y pasan a convertirse en una forma sencilla de expresar una idea compleja, es decir, que si miramos el brazo de una persona y vemos el rojo y el amarillo brillando, podemos imaginar qué pensamientos políticos tiene, por ejemplo. La bandera ha pasado de lucirse en los balcones para celebrar la victoria de España en el Mundial a dividir a individuos de ideologías diferentes. Sin embargo, su significado va más allá y está relacionado con la Teoría de la Identidad Social estudiada por la psicología.
Qué es la Teoría de la Identidad Social
En la década de 1950 Henry Tajfel comenzó a trabajar en sus estudios de percepción categorial. Para después, junto a algunos colaboradores, desarrollar el paradigma experimental del grupo mínimo, tal y como explica el portal web de Psicología y Mente. Lo que trata de explicar esta teoría es cómo las personas desarrollan su identidad a partir de su pertenencia a grupos sociales y cómo esta pertenencia influye en sus comportamientos y actitudes hacia los demás.
Este paradigma puso en evidencia cómo el mero hecho de saber que se forma parte de un colectivo y no de otro hace que sus miembros desarrollen ciertas conductas de discriminación. En 1978, Turner y Brown apodaron este concepto como Teoría de la Identidad Social para hacer alusión a las descripciones e ideas que Tajfel había utilizado para explicar los resultados de sus investigaciones.
La idea principal de este teorema es que formar parte de ciertos grupos sociales contribuye a definir quiénes somos. Es decir, nuestra relación con los grupos a los que pertenecemos influye mucho en cómo nos vemos a nosotros mismos como individuos. Según Tajfel, nuestro autoconcepto está fuertemente influido por el conjunto al que pertenecemos. El experto también explicó que nuestras acciones varían si las estamos haciendo como parte de un colectivo o de forma individual.
Las personas buscan sentirse bien consigo mismas y eso es algo que pueden lograr si destacan las diferencias entre su congregación y los demás. Al percibir el propio como mejor en algo importante, se sienten mejor como individuos.
Cómo se aplica esta teoría a las personas que llevan la bandera en la muñeca
Esta teoría puede aplicarse para entender cómo y por qué algunas personas llevan una pulsera roja y amarilla en la muñeca. Este gesto puede interpretarse como una manifestación de su identidad social, en este caso, relacionada con su sentido de pertenencia al grupo nacional. Un acto que refuerza la pertenencia a un colectivo que comparte valores, historia y símbolos comunes. Para algunas personas es una manera de expresar el orgullo que sienten hacia su país.
En contextos de tensión políticos, como conflictos sobre la identidad regional, puede que por la calle veamos a más personas con esta pulsera tan característica debido a que para ellas es un marcador visible de un grupo que defiende la unidad territorial de España.