En otoño y en invierno, las bajas temperaturas y el alto coste de energía, obligan a muchas familias a buscar la forma de ahorrar en la factura de la calefacción. No obstante, acorde a Ben Price, ingeniero y fundador de Heatable, hay un práctica común y muy extendida que puede estar provocando el efecto contrario al deseado: apagar los radiadores de las estancias que no se utilizan.
Tal y como explica el experto, la lógica de parar los calefactores para ahorrar energía, puede tener sentido a primera vista, pero, en realidad, puede resultar en un uso menos eficiente del sistema de calefacción en aquellas casas con calderas modernas de condensación. Estas están diseñadas para trabajar de manera óptima a temperaturas de flujo bajas, permitiendo que el calor se recicle dentro del sistema en lugar de perderse.
Por qué apagar radiadores puede se contraproducente
Cuando apagamos un radiador, el sistema lo compensa aumentando la energía utilizada para calentar los radiadores activos, lo que fuerza a la caldera a trabajar más. Algo que puede traducirse en un mayor consumo de energía y facturas más altas. Sin embargo, hay ciertos casos en los que esta práctica sí que puede ser efectiva, por ejemplo, en calderas antiguas debido a que estas no reutilizan el calor de forma eficiente.
Por ello, identificar el tipo de caldera que tienes en casa es el primer paso para decidir la estrategia adecuada de ahorro. En el caso de que no tengamos claro cuál tenemos, hay un chivato que nos resolverá la duda: el tubo blanco que sale de la parte inferior de la unidad: característico de los aparatos modernos.
Cómo optimizar el sistema de calefacción
Para aquellos con calderas modernas, Ben Price recomienda dejar los radiadores abiertos incluso en habitaciones que no se usan habitualmente. Esto permite que el agua fluya a través de todo el sistema, evitando que la caldera se esfuerce en exceso para mantener la temperatura deseada. Otra de sus sugerencias es reducir la temperatura de flujo del sistema, es decir, la del agua que circula por los calefactores. Ajustarla a niveles más bajos puede aumentar significativamente la eficiencia energética. Si no tienes un termostato modulador inteligente, puedes hacerlo manualmente siguiendo las instrucciones del fabricante.
Otros consejos para ahorrar en la calefacción
Antes del primer uso, es fundamental purgar los radiadores. Este proceso elimina el aire acumulado en el sistema, lo que permite alcanzar la temperatura deseada en menos tiempo, reduciendo el consumo energético y los costos. Además, previene la corrosión, prolongando la vida útil del aparato. También es importante verificar el estado del termostato, encargado de regular el encendido y apagado de la calefacción. Para comprobar su funcionamiento, basta con subir la temperatura y asegurarse de que la caldera se enciende y apaga.
Asimismo, los expertos desaconsejan cubrir los radiadores con ropa o elementos decorativos, ya que esto genera una barrera térmica que dificulta la difusión del calor, obligando al sistema a trabajar más y aumentando el consumo energético. En cambio, el uso de láminas reflectantes puede ser una solución efectiva para mejorar la distribución del calor y calentar los espacios de manera más rápida y económica.