El dolor fue tan intenso que un padre de 43 años de Élancourt (Francia) se desmayó después de que el perro de su vecino, una mezcla de Malinois -una de las cuatro variedades de la raza canina de pastor belga-, le atacase y mordiese un dedo. Según informó Le Parisien, este incidente ocurrió a finales de junio. Este desafortunado evento dejó a la víctima inválida de por vida. El ataque sucedió mientras la víctima visitaba al propietario del canino en su residencia en Yvelines (departamento que forma parte del área metropolitana de París).
Cinco meses después del ataque, aún persisten las secuelas psicológicas para el afectado, quien está bajo seguimiento de un profesional debido al trauma experimentado. Este evento marcó un antes y después en su vida, agravado porque el perro responsable de la mordedura sigue conviviendo cerca de él.
Durante la rápida intervención de los servicios de emergencia, fue necesaria la amputación urgente de una falange y media de su mano derecha, con lo cual adquirió una minusvalía permanente. El dolor provocado por el mordisco se recrudeció ante el hecho de que la mano afectada por el ataque fue la dominante: la derecha.
El ayuntamiento no tomará medidas
El hombre de cuarenta años planea mudarse debido a la presencia constante del perro cada vez que sale de su casa. Según las declaraciones obtenidas por Le Parisien, cada ladrido del animal es un recordatorio de la agresión sufrida. Después de la agresión, un veterinario evaluó al perro y concluyó que presentaba un “nivel de peligrosidad bajo”, lo que limitó la capacidad de acción del ayuntamiento del municipio galo.
Aunque el hombre presentó una denuncia, la previsible inacción del consistorio local ha provocado un sentimiento de frustración a la víctima que, por el momento, tendrá que oír los ladridos del animal, cada vez que salga a la calle. “Para mí, es insoportable. Cada vez que salgo de mi casa, veo a este perro. Cada uno de sus ladridos, me recuerdan la agresión”, afirmó el hombre.
3.000 euros de multa por no llevar bozal
Las razas de Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) se han vuelto un asunto de relevancia en materia de seguridad ciudadana. Es por ello que la ley establece una serie de medidas obligatorias que deben cumplir los dueños de los perros que pertenezcan a este grupo, con el fin de garantizar la seguridad del propio animal y del resto de personas y perros.
Las multas para quienes pasean a sus perros sueltos en España varían entre 90 y 300 euros, según la legislación vigente. Esta suma puede aumentar si el can pertenece a una raza clasificada como peligrosa. Además, la normativa actual establece que los perros podrán ser soltados en lugares habilitados para ello.
Con respecto a la ausencia de bozal, cuando este es obligatorio, la sanción puede alcanzar los 3.000 euros. A pesar de que los perros tienen permitido el acceso a determinados lugares, como medios de transporte público, es imperativo el uso de bozal.
El ataque del can, ocurrido hace meses, es un recordatorio de los posibles peligros asociados con ciertas razas de perros y la importancia de una adecuada socialización y manejo de estos animales para prevenir situaciones violentas, además de la necesidad de examinar la convivencia segura con perros y el impacto que puede tener una agresión sobre las víctimas.