Una victoria jurídica en Pâquis, Ginebra, ha marcado un antes y un después para Muhammad. En octubre de 2017, su tienda de alimentación fue inundada por el desbordamiento de una boca de incendios municipal, lo que ocasionó pérdidas valoradas en unos 376.018 euros (350.000 francos suizos), entre mercancías, equipos destruidos y daños estructurales. Siete años después, el Tribunal de Primera Instancia de Ginebra ha reconocido la responsabilidad de la ciudad, condenando al Ayuntamiento a indemnizar al comerciante con casi 13.000 euros (12.000 francos suizos), de los cuales la mitad corresponden a los daños y el resto a los honorarios legales. Sin embargo, los daños por lo ocurrido ascendieron a más de 420.000 euros (400.000 francos suizos).
Los hechos ocurrieron la madrugada del 3 de octubre de 2017, cuando un torrente de agua brotó de una boca de incendios destinada a las labores de riego de carreteras o a la extinción de incendios. El flujo, que se extendió durante unos veinte minutos, inundó por completo la tienda de Muhammad y su sótano. Los daños fueron severos: 2.000 kilos de carne perdidos, electrodomésticos destruidos y el local, con puertas, azulejos, paredes y enseres dañados, quedó inoperativo durante unos 15 días, tiempo que se necesitó para limpiar el local.
Doce mil euros de indemnización siete años después
En un principio, las aseguradoras rechazaron asumir la responsabilidad. La compañía de seguros municipal alegó que el incidente había sido causado por un acto malicioso de terceros, mientras que el seguro personal de Muhammad no cubría este tipo de daños, ya que la boca de incendios no estaba conectada por una tubería que sirviera exclusivamente al edificio de su negocio. Esta falta de cobertura dejó a Muhammad, ya entonces profundamente endeudado, sin opciones de compensación inmediata. Como él mismo expresó en 2018, la inundación había sumido su negocio en una situación insostenible. “Tengo dificultades para operar, he perdido clientes, estoy endeudado. Lo experimento muy mal”, dijo en su momento en declaraciones recogidas por 20 minutos.
El caso no ha sido resuelto hasta ahora, cuando el Tribunal de Primera Instancia de Ginebra ha dictado sentencia, reconociendo que es “altamente probable” que el episodio fuera provocado por la negligencia de un empleado municipal. Otra posibilidad concebida era que un transeúnte desconocido podría haber abierto la válvula de la boca de incendios, una versión que los tribunales desestimaron por considerarla “imaginada” con el fin de eximirse de responsabilidad.
El fallo favorable para Muhammad también expone las disparidades existentes en las prácticas de seguros comerciales en Suiza. Mientras que en Ginebra los comerciantes deben contratar un seguro privado, en el cantón vecino de Vaud, el seguro contra incendios y daños naturales es de carácter estatal. Sin embargo, incluso en Vaud, los daños causados por una boca de incendios no están cubiertos por el seguro cantonal, ya que no se consideran un elemento natural, lo que deja a los comerciantes de esta zona igualmente expuestos a problemas similares.
Esta victoria, aunque parcial, marca un avance importante en la protección de los derechos de los comerciantes y plantea interrogantes sobre la necesidad de revisar la cobertura de seguros para incidentes relacionados con infraestructuras públicas. Mientras tanto, Muhammad espera que su compensación le permita empezar a recuperar su negocio, aunque el impacto de los siete años de incertidumbre es irreparable.