Uno de los cambios que introdujo la reforma de las pensiones de 2023 fue la aprobación del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Se trata de una cotización adicional repartida entre el trabajador y el empleador, que sustituye al antiguo Factor de Sostenibilidad y que busca fortalecer la viabilidad del sistema público de pensiones. Este varía año a año y cada vez supone un mayor desembolso para los empleados, aunque suele ser mínimo. Sin embargo, las nuevas medidas de recaudación no se quedaron ahí.
Este año, el Gobierno ha aprobado el Real Decreto 322/2024, del 26 de marzo, por el que se modificaba el Reglamento General de Recaudación de la Seguridad Social. Con ello, se ha introducido un nueva medida: la Cuota de Solidaridad. Se trata de otra aportación que solo realizarán algunos contribuyentes y que entrará en vigor el 1 de enero de 2025 para, de la misma forma que el anterior, ayudar a garantizar la sostenibilidad de las reservas para las pensiones.
Y es que lo cierto es que cada vez vivimos más años. Según datos de este 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge las estadísticas de fallecimientos semanales, tres de cada diez personas que mueren en España lo hacen tras haber cumplido los 90 años, una cifra que se ha duplicado desde el año 2000 y que podría poner en peligro la conocida hucha de las pensiones.
Este incremento en la cotización no dará derecho a una pensión más alta
La nueva cuota se aplicará a los salarios que superen la base máxima de cotización a la Seguridad Social, que en 2024 se sitúa en 56.646 euros anuales (o 4.720,5 euros mensuales) y para 2025 se espera que roce los 5.000 euros. Sin embargo, es importante destacar que este incremento en la cotización no dará derecho a una pensión más alta, al igual que el MEI, ya que es de carácter recaudatorio y no contributivo.
La medida afectará solo a la parte del salario que exceda dicho límite, una franja que actualmente no paga impuestos. Además, la cuota se implementará de forma progresiva a lo largo del tiempo hasta 2045, que alcanzará su tipo máximo. La cuota de solidaridad de 2025, se aplicará de la siguiente manera:
- Un aumento del 0,92% en la cotización para los ingresos que se encuentren entre la base máxima de cotización y un 10% por encima de esa base.
- Un incremento del 1% en la cotización para aquellos ingresos que varíen entre un 10% y un 50% por encima de la base máxima.
- Una subida del 1,17% en la cotización para los ingresos que superen el 50% de la base máxima de cotización.
Qué es el MEI
Su objetivo principal es incrementar los ingresos del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, popularmente conocido como “hucha de las pensiones” -con el que se pagan estas prestaciones-, para poder hacer frente a las demandas del sistema, debido especialmente al envejecimiento de la población.
Este fondo de reserva, que comenzó con menos de 3.000 millones de euros, podría llegar a acumular entre 120.000 y 130.000 millones para mediados de 2040, según los cálculos de la Seguridad Social. Esa cifra supone el doble de la alcanzada en 2011, cuando el fondo llegó a su máximo histórico de 68.000 millones de euros.
Por el momento, esta hucha ha alcanzado los 8.356 millones de euros a cierre de septiembre pasado y está previsto que concluya el año con cerca de 9.300 millones acumulados. La Seguridad Social destaca que el fondo ha sumado, en lo que va de año, 2.600 millones gracias al denominado MEI.
En 2023, la tasa del MEI fue del 0,6%, de la cual las empresas contribuyeron con 0,5% y los trabajadores con 0,1%. Para 2024, esta tasa subió al 0,7%, con los empleados asalariados aportando 0,12% y las empresas 0,58%. Los trabajadores autónomos, por su parte, asumieron la totalidad del 0,7%.
El próximo año, la contribución al MEI experimentará un incremento del 0,1%, alcanzando el 0,8%. De este total, 0,67% será cubierto por las empresas y 0,13% por los trabajadores asalariados, salvo en el caso de los autónomos, quienes deberán hacerse cargo del 100% de la aportación.
Este porcentaje se incrementará en 0,1% cada año hasta llegar al 1,2% en 2029, cifra que se mantendrá fija hasta 2050, aunque podría ajustarse automáticamente si el gasto en pensiones supera el 15% del PIB.