El PSOE celebrará a partir de este viernes y durante este fin de semana su 41 Congreso Federal, el evento más importante para el partido en el que se blindará a su secretario general, Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno llega a esta cita de Sevilla en uno de sus momentos más delicados por las diferentes causas judiciales que salpican a su entorno, lo que provocará previsiblemente un cierre de filas en torno a él.
Sobre los cambios previstos en la nueva Ejecutiva Federal ante la reelección de Sánchez como líder indiscutible de la formación de la rosa, varias fuentes socialistas coinciden en señalar que el líder del Ejecutivo apostará por la continuidad de sus principales escuderos: María Jesús Montero, vicesecretaria general, y Santos Cerdán, secretario de Organización.
Los papeles de los actuales números dos y tres de la formación han sido cuestionados dentro del partido, aunque por diferentes motivos. Si bien, en el PSOE son conscientes de que “no es el momento” para acometer cambios de calado que cuestionen la legitimidad del entorno político más cercano del presidente del Gobierno.
En el caso de la dirigente sevillana, varias federaciones socialistas se enfrentaron a Ferraz por el acuerdo de financiación singular para Cataluña en el marco de la investidura del socialista Salvador Illa. Esta situación desgastó a la ministra de Hacienda, que se ve con las manos atadas para renovar el caducado sistema de financiación autonómica ante la disparidad de criterios de las diferentes regiones.
Montero también estuvo recientemente contra las cuerdas en el seno del Gobierno por la negociación sobre la reforma fiscal, que prosperó la semana pasada a duras penas. Según apuntan varias fuentes de la negociación, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, apartó a Montero y cogió las riendas para salvar la primera bola de partido en una jornada apoteósica en el Congreso. El malestar entre socios como Sumar, Podemos, PNV y ERC con la “gestión nefasta” de Montero —según fuentes de ERC— fue más que palpable. Y estas fisuras en la negociación —resumen— hacen mella de cara a la negociación de los Presupuestos.
El PSOE no ve a Esther Peña como portavoz
En cuanto a Cerdán, su nombre se encuentra entre los citados por el presunto comisionista del caso Koldo, Víctor de Aldama, que cargó contra miembros del Gobierno y destacados dirigentes de Ferraz. Aunque no aportó pruebas, las acusaciones del expresidente del Zamora C.F. rompen la estrategia de Ferraz de limitar la presunta trama de corrupción al ya defenestrado José Luis Ábalos, imputado por el Tribunal Supremo.
Según Aldama, Santos Cerdán supuestamente recibió un sobre con 15.000 euros en un bar ubicado frente a la sede del partido en Madrid. Antes de que se conocieran estas acusaciones, su continuidad era una de las principales incógnitas de cara a la reestructuración, pero tras ellas, varias fuentes afirman que sale todavía más “reforzado”. Además, en el partido restan credibilidad a todas afirmaciones de Aldama, retándole a presentar pruebas.
Aunque en el PSOE no pierden de vista el factor impredecible que acompaña todas las decisiones del presidente del Gobierno, varias voces cercanas a Ferraz auguran que no se prevén grandes modificaciones en la Ejecutiva. De hecho, otras fuentes de la cúpula federal aseguran que los cambios en la ejecutiva saliente del congreso serán “mínimos”. Lo que sí está asentado en el partido es la idea de que Sánchez sustituirá a la portavoz de Ferraz, Esther Peña, con un perfil bajo desde que asumió esta tarea el pasado mes de enero. Este eventual cambio sería el quinto para el partido desde que Sánchez entró en la Moncloa en junio de 2018.
Más allá de la esperada renovación del discurso y la inclusión de nuevos compromisos, no se esperan batallas a nivel interno una vez el debate sobre la financiación singular para Cataluña ha perdido fuelle. En Ferraz sacan pecho de llegar con los deberes hechos en lo relativo a sus discrepancias con las federaciones más díscolas, especialmente las encabezadas por el barón castellanomanchego Emiliano García-Page, el ausente Javier Lambán (Aragón), y el “desaparecido” Luis Tudanca (Castilla y León).
Pasar página de Ábalos y rearmarse frente a las causas judiciales
El partido busca salir reforzado para hacer frente a las causas judiciales que agitan los cimientos de la formación, especialmente en lo relacionado con la bandera de la corrupción. Al margen de las causas por las que están imputados el hermano de Sánchez, David Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez, esta cuestión ha zarandeado al partido después de la imputación de quien fuera secretario de Organización y ministro de Transportes. No obstante, los socialistas se anticiparon a la decisión judicial contra Ábalos y movieron ficha apenas estalló el caso Koldo.
Otra incógnita que rodea el Congreso Federal es la declaración de Juan Lobato ante el Tribunal Supremo, citado como testigo en el marco de la causa contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la filtración de los correos electrónicos de la defensa del novio de Isabel Díaz Ayuso. Lobato cedió este miércoles a la presión de Ferraz y dimitió al frente del PSOE madrileño, muy cuestionado entre sus filas tras su acción de llevar a un notario una conversación con una de las principales fontaneras de Moncloa, Pilar Sánchez Acera.
En concreto, según publicó el ABC, Pilar Sánchez Acera, la entonces jefa de gabinete de Óscar López cuando este era jefe de gabinete de Pedro Sánchez, le pidió que aireara en el Pleno de la Asamblea el correo que demostraba que el novio de Ayuso había confesado que había defraudado a Hacienda y solicitaba un pacto con la Fiscalía.
La información, aparte de sembrar el caos en la siempre convulsa federación socialista madrileña a las puertas del 41 Congreso Federal del PSOE en Sevilla, amenaza con abrir un nuevo frente judicial para el Gobierno. Por lo pronto, Lobato tendrá que declarar ante el Tribunal Supremo horas antes del inicio del cónclave y deberá aportar el acta notarial, cuyos mensajes serán determinantes para conocer si el Ejecutivo de Pedro Sánchez participó en la filtración de los correos del abogado de Alberto González Amador.
De escalar, este asunto podría poner en la picota al ahora ministro para la Transformación Digital, Óscar López, quien además suena como posible candidato para sustituir a Lobato. Si bien, en Moncloa se reafirman en la legalidad de las conversaciones entre Acera y Lobato, y niegan la posibilidad de que el Gobierno participara en la supuesta filtración de los correos del abogado del novio de Ayuso. “Vamos a ver qué dice el acta notarial”, aseguran estas voces gubernamentales para pedir prudencia.