Los gatos se han convertido en una de las mascotas preferidas para muchos, sobre todo para aquellos que viven en espacios pequeños o que disponen de poco tiempo. Por ello, el mundo de los cuidados felinos ha tenido que desarrollarse para dar respuesta a todas las necesidades. Uno de esos productos que pueden marcar la diferencia de la vida de los gatos es la arena. Tanto por la higiene, como el bienestar y, por supuesto, la comodidad en el hogar son una cuestión central.
Una de las opciones más populares es la arena aglomerante, conocida por su capacidad para formar grumos al entrar en contacto con la orina, facilitando la limpieza. Sin embargo, en busca de soluciones para neutralizar los olores, algunos dueños han recurrido al uso del bicarbonato de sodio, un producto común en el hogar. Aunque aparentemente inocuo, los expertos alertan sobre sus posibles riesgos para la salud de los gatos.
Arena aglomerante: ¿por qué es tan popular?
La arena aglomerante, generalmente está hecha a base de bentonita, es valorada por su capacidad para absorber líquidos y formar grumos sólidos. Esto no solo facilita la limpieza diaria, sino que también ayuda a mantener el arenero más higiénico y libre de malos olores. Además, su textura suele ser bien recibida por los gatos, quienes prefieren materiales que simulan el suelo arenoso de su entorno natural.
No obstante, su popularidad también ha traído consigo debates sobre su impacto en la salud felina. Los veterinarios, como el especialista @Pablo_Vet en TikTok, advierten que algunos tipos de arena pueden generar polvo fino que los gatos inhalan mientras escarban, lo que podría provocar problemas respiratorios a largo plazo. Por ello, se recomienda optar por marcas de alta calidad que reduzcan al mínimo el polvo.
El bicarbonato de sodio: ¿solución o peligro?
Tanto en las redes sociales como en algunos blogs de cuidado animal, el bicarbonato de sodio se ha propuesto como un “truco” para combatir el olor a orina en la arena de los gatos. Aunque este producto tiene propiedades desodorizantes, su uso en la caja de arena puede ser más perjudicial de lo que parece.
Según explica Pablo en un vídeo, el bicarbonato de sodio, al entrar en contacto con la orina, puede liberar vapores que irriten el sistema respiratorio de los gatos. Los felinos, al ser animales muy sensibles, pueden desarrollar alergias o afecciones más graves si se exponen continuamente a este compuesto. Además, al escarbar en la arena, el bicarbonato puede adherirse a sus patas y ser ingerido al lamerse, lo que podría causar malestar gastrointestinal e incluso intoxicaciones en casos extremos.
Otro aspecto relevante es que los gatos poseen un olfato mucho más desarrollado que el de los humanos. Mientras que para nosotros el bicarbonato puede ser un neutralizador eficaz, para ellos su olor puede resultar invasivo y generar estrés o rechazo hacia la caja de arena. Esto podría derivar en problemas de comportamiento, como que el gato elija orinar en otros lugares de la casa.
El veterinario, aun así, indica que aquellos dueños que elijan usar el bicarbonato como neutralizador del olor podrán hacer sin peligro siempre y cuando empleé una fina capa y la cubran con, al menos, siete centímetros de arena. Sin embargo, recomienda otro tipo de alternativas que no puedan llegar a suponer un peligro para la salud.
Recomendaciones para el cuidado de la caja de arena
Para evitar problemas de salud y mantener un ambiente limpio, los expertos sugieren seguir estas recomendaciones:
- Elige una arena de calidad: Opta por productos que sean bajos en polvo y no contengan fragancias artificiales, ya que estas también pueden ser irritantes para los gatos.
- Limpieza regular: Cambia la arena con frecuencia y limpia la caja con agua y jabón neutro. Esto es más efectivo y seguro que añadir productos químicos.
- Ventilación adecuada: Coloca la caja en un lugar bien ventilado para evitar que los olores se concentren en el ambiente.
- Consulta al veterinario: Si estás buscando alternativas para combatir el olor, habla con un profesional antes de usar productos caseros o químicos.