El Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno ha decidido reforzar la seguridad de las instalaciones donde vive el presidente Pedro Sánchez y su familia y donde se celebran los tradicionales Consejos de Ministros. Varios incidentes ocurridos en los últimos meses han acelerado esta decisión. Es que, incomprensiblemente, varias turistas extranjeras se han llegado a colar en el complejo presidencial y han accedido a uno de los aparcamientos reservados para los funcionarios que trabajan allí.
Así lo señalan fuentes de total solvencia a Infobae España. Al parecer han sido hasta cuatro las turistas (una francesa, dos chinas y una inglesa) las que se han llegado a colar argumentando que estaban buscando una parada de autobús y que la aplicación de ‘Google Maps’ les había llevado hasta allí. En los accesos a La Moncloa hay una estación donde paran los buses 83, 133 y 162 de la EMT. Pero obviamente esta fuera, en la avenida Puerta de Hierro. Incomprensiblemente, estas turistas entraron dentro ante el asombro de los guardias civiles que las interceptaron.
Desde entonces, el Departamento de Seguridad ha dado la orden de reforzar la seguridad del perímetro que rodea todo el complejo. En abril de este año, el ministerio del Interior licitó un contrato valorado en 234.000 euros para sustituir precisamente parte del vallado de seguridad de ese perímetro “debido a las deficiencias observadas en su estado”. Hay que destacar que la sede presidencial consta de dos vallados separados por una zona intermedia. Pero los problemas de seguridad se están detectando en la zona de entrada, donde hay una garita de seguridad y luego se accede a la famosa rotonda donde hay varios accesos a distintas partes de La Moncloa.
Las instalaciones están protegidas por miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil, con distintas funciones para cada Cuerpo. Por motivos de seguridad, las fuentes consultadas prefieren no dar datos de los efectivos que trabajan allí, pero es un número bastante importante. Tres estos incidentes, el Departamento de Seguridad ha dado un curso rápido para que los agentes destinados mejoren sus mecanismos de control y se ha dado la orden de identificar a todo aquel que quiera entrar al complejo, incluidos los trabajadores (unos 800), así como a aquellas personas que anden por las inmediaciones.
Lanzamiento de mariscos
Pero el de las turistas no ha sido el único incidente. A mediados de septiembre un ciudadano accedió al complejo por la puerta principal, sacó de una bolsa un par de centollos junto a la garita de control, sin que nadie se lo impidiera, lo grabó todo en un vídeo (subiéndolo a ‘Youtube’ con el título ‘Centollazo a Moncloa’), y luego salió fuera del complejo y arrojó el marisco al grito de “¡tomad centollazo, melones usureros!” a través del vallado. Después, huyó corriendo junto al acompañante que le grababa.
Tras todos estos incidentes, el Departamento de Seguridad ha mandado una orden interna para el “establecimiento de un puesto de servicio en la puerta principal de acceso al complejo con la finalidad de efectuar un control visual preventivo sobre las personas y vehículos que accediesen al complejo por dicho acceso (personas a pie, taxis, vehículos particulares, etc.), y mediante ello filtrar la llegada y acceso al interior de la rotonda”. Es que para entender cómo funciona la seguridad que rodea al presidente hay que explicar que hay una entrada inicial, ese control exterior. Este es el que se va a reforzar porque permitió la entrada de las despistadas turistas.
Luego está la famosa rotonda por la que se accede a diversas zonas de La Moncloa: hay una entrada para visitas, otra de salida, otra que utilizan exclusivamente el presidente y los ministros (se conoce como ‘puerta de los ministros’) y otra para acceso de los vehículos de los trabajadores que van directamente a unos aparcamientos. A partir de ahora, se identificará a toda persona que acceda a pie por la puerta peatonal (el control exterior), solicitando que le sea mostrada la tarjeta de acceso al complejo si es trabajador, antes de que llegue a la rotonda. En el supuesto de que no la tenga o indique que tiene concertada una visita, los agentes deberán comprobar que efectivamente accede correctamente al resto de accesos.