El océano emite azufre y enfría el clima más de lo que se pensaba, desvela un estudio del CSIC

El informe, publicado en la revista ‘Science Advances’, ha cuantificado por primera vez la emisión marina global de metanotiol, un gas incoloro de olor desagradable

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Una persona observa el océano Pacífico cerca de Port Orford. (AP Foto/Jenny Kane)
Una persona observa el océano Pacífico cerca de Port Orford. (AP Foto/Jenny Kane)

El rápido calentamiento del mar Mediterráneo, que este año ha batido récords con temperaturas cercanas a 30 grados, contribuyó a que la DANA del pasado 29 de octubre fuera tan destructiva a su paso por la Comunidad Valenciana. Y es que océanos y mares desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima y en la mitigación del cambio climático, pues al absorber una parte importante del dióxido de carbono, ayudan a que descienda la temperatura. Ahora un equipo de investigación del Instituto de Ciencias del Mar y el Instituto de Química Física Blas Cabrera, ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha revelado en un estudio que el gas de azufre producido por la vida marina, que contribuye a formar partículas y nubes en el aire, tiene un efecto enfriante para el clima mayor de lo esperado. Se trata de un estudio publicado en la revista Science Advances que por primera vez ha cuantificado la emisión marina global de metanotiol.

Hace casi 40 años que se arrojó una de las hipótesis más rompedoras sobre el papel del océano en la regulación del clima de la Tierra, explica el CSIC en un comunicado, y es que el plancton microscópico que vive en la superficie de los mares produce azufre en forma de gas y, una vez en la atmósfera, se oxida y forma pequeñas partículas llamadas aerosoles. “Los aerosoles reflejan una parte de la radiación solar de vuelta hacia el espacio y, por tanto, disminuyen el calor que retiene la Tierra, con un efecto opuesto al de los conocidos gases de efecto invernadero. El efecto enfriante de los aerosoles se magnifica porque estas partículas son esenciales para la condensación de gotas de agua y la formación de nubes ópticamente densas. Las nubes son el elemento climático con mayor capacidad enfriante”, indican.

Sin embargo, este nuevo descubrimiento “amplía el impacto climático del azufre marino”, porque le suma un compuesto que había pasado desapercibido, destacan. “Hasta ahora considerábamos que los océanos emitían azufre a la atmósfera únicamente en la forma del dimetilsulfuro, un residuo del plancton que es el principal responsable del olor tan evocador del marisco”, señala Martí Galí, investigador del ICM-CSIC y uno de los autores principales del trabajo. Pero gracias a la evolución de los instrumentos de medida, ahora los investigadores saben que también emiten metanotiol y han encontrado la manera de “cuantificar, a escala global, dónde, cuándo y en qué cantidad se produce esta emisión”, añade Charel Wohl, otro de los autores principales.

Para ello, los investigadores han reunido todas las medidas disponibles de este nuevo compuesto, han sumado aquellas que habían realizado en el Océano Antártico y la costa mediterránea y las han relacionado estadísticamente con datos de temperatura obtenidos desde satélite. Esto les ha permitido concluir que, anualmente y de promedio global, el metanotiol incrementa en un 25% las emisiones marinas de azufre conocidas. “Puede parecer que no es mucho, pero el metanotiol es más eficiente en oxidarse y formar aerosoles que el dimetilsulfuro y, por tanto, su impacto climático se ve magnificado”, señala Julián Villamayor, investigador del IQF-CSIC y también autor principal del estudio.

Vista del océano Atlántico desde Slea Had en Ventry, Irlanda. (REUTERS/Clodagh Kilcoyne/Foto de archivo)
Vista del océano Atlántico desde Slea Had en Ventry, Irlanda. (REUTERS/Clodagh Kilcoyne/Foto de archivo)

Un nuevo actor climático

El equipo investigador ha comprobado que “los impactos son mucho más visibles en el hemisferio sur, donde hay menos continentes y menos actividad humana, y la presencia de azufre proveniente de la quema de combustibles fósiles es menor. Es aquí donde el estudio nos muestra cómo era la influencia del océano en el clima antes de la Revolución Industrial”, explica Alfonso Saiz-López, uno de los coordinadores del trabajo y responsable de la modelización.

El estudio, concluye el CSIC, es una prueba más de que los océanos “no sólo capturan y distribuyen el calor del sol, y toman parte del dióxido de carbono que los humanos lanzamos a la atmósfera, sino que además producen gases y partículas con efectos climáticos inmediatos”. Aun así, advierten los científicos, la dimensión del impacto de la actividad del ser humano es tal que el planeta se calienta y seguirá calentándose si no se pone remedio.

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