La “guerra por la tierra” en Francia, que enfrenta a los agricultores por las hectáreas de terreno disponibles, ha provocado algunos altercados, ya que el acceso a la tierra es complicado y son muchos los que tienen que competir por las mismas superficies. En Louargat, un municipio francés ubicado en el departamento de Côtes d’Armor (en la región de Bretaña), ha ocurrido un suceso que ejemplifica esta batalla que se libra desde hace un tiempo y que se suma a la larga lista de problemas a los que tienen que enfrentarse los agricultores.
Sorya Sébille es criadora de ovejas en Louargat, por lo que cuenta con una porción de campo para poder alimentar a sus animales. El pasado mes de marzo, la ganadera quiso ampliar su territorio, por lo que firmó un contrato de arrendamiento para alquilar las seis hectáreas contiguas a su redil. El acuerdo era perfectamente legal, así que Sorya podía convertirse en la dueña de ese terreno: “He pagado mi alquiler y la Dirección Departamental de los Territorios y el Mar (DDTM) confirma que estoy autorizada a explotar estas 6 hectáreas. Estoy al día con todo, eso es lo que me hace querer defenderme hoy. Estoy cansada de vivir con estas amenazas e intimidaciones a diario“, ha explicado la ganadera a France Info, haciendo referencia a las acciones que tomó contra ella un agricultor competidor que se disputaba la parcela adquirida por Sorya.
“Mientras llevaba a mis ovejas al terreno, vi entrar un tractor y empezar a arrasar mi prado. Temo una mayor destrucción”, afirmó la criadora de ovejas, que vio cómo su terreno era destruido por esta batalla por la tierra del campo. Aunque la hierba ha vuelto a crecer desde septiembre, momento en el que se produjo el ataque, en la parcela aún quedan marcas de la intrusión. “Quiero comunicar lo que me está pasando porque, sobre todo, no quiero que le pase a otras personas que estarían en una situación más difícil que yo”.
Presiones cada vez más frecuentes
El altercado vivido por Sorya Sébille en sus terrenos pone de manifiesto un problema mayor que sufren cada vez más agricultores en Francia: la batalla por el acceso a la tierra provoca que algunos competidores decidan ejercer presiones sobre otros operadores, especialmente los que se encargan de pequeñas y medianas explotaciones. Estas coacciones tienen el objetivo de expulsar a los agricultores y ganaderos de los territorios en disputa y, como en el caso de Sorya, pueden llegar a los intentos de maltratar o destruir las tierras.
Ante esta situación, el pasado martes 26 de noviembre se celebró una manifestación en apoyo a Sorya, con el objetivo de reafirmar su derecho a explotar las hectáreas alquiladas. “Es necesario porque se encontró sola frente a personas sin límites. ¡Incluso vinieron a trabajar en su parcela! Es también una forma de mostrar a otros que están bajo estas presiones que es posible reaccionar y revertir la coacción”, subraya Cécile Thomas, de la Confédération Paysanne, a France Info.
Varias asociaciones y sindicatos agrícolas han mostrado su apoyo a Sorya y han reivindicado la importancia de poner medidas ante este problema, que afecta a trabajadores honrados que son dueños legales de los terrenos: “Cuando vemos la historia de Sorya y que todo se ha hecho bien, no queremos dejarlo pasar, así que apoyaremos su proyecto y todos los demás que busquen hacer las cosas bien, de manera justa, para que la campaña no se convierta en un western”, ha afirmado Yann Chéritel, de un grupo de agricultores ecológicos de Côtes d’Armor, que ha comparado la situación que se sufre en esta región de Bretaña con una “lucha de vaqueros”.
Además de la manifestación convocada, Sorya presentó una denuncia ante la policía, ya que su terreno sufrió daños que dificultaron durante un tiempo desarrollar su trabajo. Los amigos de la criadora de ovejas araron su parcela destrozada de forma simbólica, para reafirmar que Sorya no se encuentra sola y que aquellos terrenos son de su propiedad.