Los agentes de la Oficina del Sheriff del Condado de Fremont, Colorado, en Estados Unidos, tardarán mucho en olvidar su hallazgo cuando, alertados por la comunidad de vecinos de la ciudad de Penrose, entraron en la funeraria en la que trabajaban Jon y Carie Hallford. Allí, descubrieron que esta pareja, dueña de la funeraria Return tu Nature, escondía casi 200 cuerpos en descomposición cuyo olor era el que había provocado la alerta de los habitantes de la localidad.
En concreto, había 191 cadáveres, algunos de ellos de personas fallecidas desde 2019, lo que hizo que la pareja fuera detenida inmediatamente por los agentes. Se descubrió, de este modo, que esta pareja llevaba años cometiendo abuso de cadáveres -el delito por el que se les ha juzgado- y realizando actividades ilícitas con su empresa de servicios funerarios, enterrando incluso cuerpos que no eran, o cobrando por entierros e incineraciones que luego no realizaron.
De este modo, los Hallford afrontan ahora la posibilidad de tener que cumplir dos condenas diferentes. Una por fraude electrónico -un delito federal-, debido a esos cobros a los que habría que sumar más de 800.000 dólares de fondos de ayuda para la pandemia de COVID-19, y el maltrato a los cadáveres que guardaban en sus instalaciones, conservados para luego fabricar urnas y ataúdes falsos que rellenaban de hormigón para no tener que afrontar el coste de los entierros.
Cinco meses para conocer la pena de cárcel que deberán cumplir
El resultado de estas operaciones era que lo que cobraban por sus servicios no se iba en gastos: unos 130.000 dólares cobrados en poco más de cuatro años. Una serie de actos que han hecho que ahora se enfrenten a la posibilidad de pasar entre quince y veinte años en prisión, algo que ya han aceptado tras declararse culpables de los 191 cargos que se les imputaban, y que no se alargaría en caso de que las penas se conmutaran y pudieran cumplirlas simultáneamente. A pesar de esto, el juez decidió no aceptar su declaración hasta que emita su resolución.
Así, habrá que esperar hasta el 18 de abril del próximo año para conocer la decisión final del juez. Según la investigación, la pareja dejó de tratar adecuadamente los cuerpos para que se conservaran, mientras entregaba a las familias urnas en las que no había cenizas reales. Según el fiscal del distrito, todo el proceso realizado hasta ahora ha supuesto “una lucha enorme y emocional para todas las familias presentes”, de cuyo daño psicológico “probablemente nunca se recuperarán”. “El impacto en estos familiares ha sido inmenso”.
A finales de verano, ya fueron condenados a pagar 950 millones de dólares a los familiares de los fallecidos en un caso civil, pero debido a los problemas financieros que tenía la pareja. “Nunca voy a recibir un centavo de ellos, así que, no sé, es un poco frustrante”, declaraba una de las afectadas a ABC News. El abogado de la demanda colectiva lamentó que durante el juicio no les hubieran hecho subir al estrado como testigos. “Me hubiera gustado que participaran, aunque solo fuera para ponerlos en el estrado de los testigos, hacer que prestaran juramento y preguntarles cómo llegaron a hacer esto, no una, sino cientos de veces”.