Juan Lobato dimite como secretario general del PSOE de Madrid al verse totalmente solo en el partido

El ya ex líder de los socialistas madrileños asegura en una carta que se marcha para frenar “el enfrentamiento y la división grave” en su partido. Ahora habrá que nombrar una gestora. Lobato se había quedado ya sin ningún tipo de apoyos

El portavoz del PSOE de Madrid en la Asamblea de Madrid, Juan Lobato. (Matias Chiofalo - Europa Press)

Juan Lobato ha dimitido este miércoles como secretario general del PSOE de Madrid. En una carta a la militancia, el ya ex líder de los socialistas madrileños asegura que “lo hago para poner freno a una situación de enfrentamiento y división grave que se estaba generando en el partido, que solo iba a dañar al PSOE en Madrid y a los avances en la unidad que habíamos conseguido en estos tres años. Mi objetivo siempre ha sido construir un proyecto ambicioso y con ilusión para Madrid, y así debe seguir siendo en el futuro”.

La verdad es que Lobato se había quedado solo, sin apoyos en Ferraz y en gran parte de la federación socialista madrileña, después de que el diario ABC publicara que había registrado en una notaría la conversación que había mantenido con Pilar Sánchez Acera, un importante cargo del Gobierno socialista en el que esta última le enviaba un mail sobre el caso que afecta a Alberto González Amador, pareja de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Un mail con toda seguridad muy comprometido del que Lobato tendrá que dar explicaciones este viernes en el Tribunal Supremo, ya que está citado como testigo en la causa que se ha abierto contra el Fiscal General del Estado por revelación se secretos.

“Siempre he dejado claro que la política en la que creo tiene como esencia el diálogo y el debate, el servicio público, la honestidad y el interés general. Creo en la política en la que personas con posiciones diferentes podamos acordar cosas que beneficien a los ciudadanos. Porque el bien común tiene que estar por encima de cualquier posición política”, afirma Lobato, que este martes dio una rueda de prensa dando a entender que iba a seguir en el cargo y que lo que había hecho (registrar en una notaría una conversación privada con una compañera de partido) era lo correcto. Pero la presión ha sido muy fuerte. Ferraz no quería que Lobato acudiera este fin de semana al Congreso Federal que se celebra en Sevilla.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (Eduardo Parra - Europa Press)

“Yo no creo en la destrucción del adversario, en la aniquilación del que discrepa y del que piensa diferente. Insisto: para mí la política es otra cosa. Y la lealtad a mi partido es trabajar para poner en marcha sus principios, aquello que lleva más de 145 años representando: la igualdad, la libertad, la democracia, la educación y la sanidad pública, la defensa de los más vulnerables, el no dejar a nadie atrás”, relata la carta de Lobato. Mensaje para entendidos. “Tener el respeto de los tuyos y también el de quienes piensan diferente”, continúa. Un respeto que había perdido hace tiempo. De hecho Ferraz estaba buscando un candidato alternativo que le quitara el poder en las primaria que se celebran en diciembre.

Mi política no es compatible con la dirigencia actual

Lobato ha querido dejar claro que no tenía ya muchos puntos en común con Ferraz. “Ninguno somos imprescindibles. Es mucho más importante en todo momento proteger y fomentar la buena política que a quienes la ejercemos circunstancialmente. Sin duda mi forma de hacer política no es igual, ni quizá en ocasiones compatible, con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene. No pasa nada. Lo asumo democráticamente. Pero no puedo renunciar a ser como soy y como he sido siempre”.

“Creo que hay que apostar con decisión por la POLÍTICA con mayúsculas. Gente con distintas opiniones pueden sumar y aportar ideas. Es la política que he aplicado en cualquier lugar o posición en la que he representado a la ciudadanía y a mi partido. La que escucha, la que argumenta, la que no insulta o aniquila al propio o al de enfrente, sino que trata de convencerle y buscar puntos en común. No contemplo otra forma de hacer política”, sigue la misiva de Lobato. Otro mensaje para entendidos. Y es que desde Ferraz se le había criticado que a veces era demasiado tibio en la oposición que hacía a Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea. Lobato, por su parte, siempre ha apostado por evitar la crispación.

Lobato dimite como secretario general del PSOE-M para frenar la "división".

“Mi compromiso con el PSOE sigue y seguirá ahí. Hoy doy un paso al lado del liderazgo. Pero tenéis mi compromiso de que en cada etapa futura que corresponda asumiré mi responsabilidad como militante para ayudar al partido a continuar trabajando para mejorar la vida de la gente. Como siempre, junto a los miles de mujeres y hombres que compartimos militancia y a los millones de ciudadanos que no nos resignamos a ser solo espectadores en esta sociedad”, concluye. Ahora lo normal es que Ferraz nombre una gestora para dirigir el partido en Madrid hasta que haya primarias. No deja claro si abandonará también el acta de diputado regional. “Termino esta etapa política esperando haber estado a la altura de lo que mis padres, profesores y muchos referentes del partido me enseñaron. Y también a la altura de lo que yo intento transmitir a mis hijos cada día”.

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha pronunciado escuetamente tras la dimisión del líder del Partido Socialista madrileño, Juan Lobato. “Respeto lo que haya hecho el señor Lobato”, ha valorado a la salida del pleno. El presidente Pedro Sánchez había abandonado el hemiciclo un minuto antes sin querer pronunciarse sobre la dimisión del ya ex líder del PSM.

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