Durante años se han realizado campañas de concienciación para educar a la población sobre la importancia de entender la responsabilidad que supone tener una mascota: sus dueños deben encargarse de su alimentación, de sacarlos a pasear varias veces al día, de asearlos y de ir al veterinario para revisiones periódicas o en caso de enfermedad. Estos cuidados suponen tiempo y dinero, lo que lleva a muchas familias a tomar la decisión de abandonar a sus perros cuando no pueden o no quieren asumir estas responsabilidades.
En España, cada año más de 286.000 mascotas son abandonadas, según los datos de 2023 de la Fundación Affinity. La cifra ha aumentado en los últimos cuatro años, lo que refleja que, pese a las múltiples campañas de concienciación y las leyes de bienestar animal implementadas, continúa siendo un gran desafío al que deben enfrentarse las instituciones. Afortunadamente, algunos de estos perros y gatos abandonados encuentran un nuevo hogar en el que pasar el resto de su vida; sin embargo, más de la mitad de ellos son acogidos únicamente de forma temporal o permanecen en refugios. Por esta razón, la labor de los voluntarios y las asociaciones de animales es fundamental para rescatar a estos perros en situaciones vulnerables e intentar que sean adoptados por otra familia.
La organización sin ánimo de lucro Dog Rescue Shelter, que opera en Serbia, se ha encargado durante años de este proyecto. Recientemente han dado a conocer a través de sus redes sociales (@dog_rescue_shelter_serbia en Instagram) la historia de Lucky, un perro que fue encontrado por uno de los voluntarios de la asociación, Milán, mientras conducía en busca de animales con dificultades. El voluntario procuró acercarse a él con calma, pero Lucky huyó para esconderse dentro de una tubería de drenaje de agua: “Nos ladró con miedo pensando que le haríamos daño”, escribió el voluntario en el vídeo que publicó la cuenta de la organización.
Tras varios intentos de Milán por hacer que dejase de esconderse, utilizando su voz tranquila y una gran paciencia, el perro salió y pudo encontrarse con la persona que le iba a rescatar. Lucky estaba muy delgado y herido, por lo que Milán lo llevó al veterinario y no se separó de él en ningún momento. Gracias a sus cuidados y muestras de cariño, el animal comenzó a confiar y a dejar atrás sus miedos.
La nueva vida de Lucky
Tras ser curado, Lucky permaneció durante varias semanas en una casa de acogida, donde comenzó a recuperar su fuerza, su confianza y su salud. Poco a poco volvió a ser un perro activo y alegre, algo que demostraba con sus paseos por el jardín y su movimiento de cola, un gesto de agradecimiento que dedicaba a las personas que le habían salvado y cuidado. La historia tuve un final feliz para Lucky, que fue adoptado por una nueva familia, algo que muchos otros animales no consiguen, viéndose forzados a permanecer en refugios hasta el final de sus días. Milán y Lucky se despidieron de una forma muy emotiva, ambos agradeciendo la suerte de haberse encontrado.
La labor de estos voluntarios resulta fundamental, ya que situaciones como las de Lucky se cuentan por miles y cada vez son más mascotas las que se enfrentan a un abandono que no entienden y que les deja una huella imborrable en el alma. Afortunadamente, estas asociaciones deciden hacerse cargo de estos perros hasta que encuentran un nuevo hogar, pero las cifras alarmantes de maltrato y abandono animal ponen de relieve la absoluta necesidad de poner en práctica proyectos eficaces para el número comience por fin a descender.