Las carreteras españolas enfrentarán un cambio significativo en la forma de señalizar incidentes a partir de 2026: el uso de las luces de emergencia V-16 conectadas será obligatorio, marcando el fin de los tradicionales triángulos de emergencia. Este dispositivo tiene como objetivo mejorar la seguridad vial al reducir los riesgos asociados con la colocación de triángulos en la calzada.
El camino hacia esta transición comenzó en julio de 2021, cuando se permitió por primera vez el uso de las luces V-16 como alternativa opcional a los triángulos. Sin embargo, el plazo final para adoptarlas completamente se acerca rápidamente, ya que a partir del 1 de enero de 2026 será obligatorio que todos los vehículos dispongan de al menos una de estas luces homologada y conectada a la plataforma DGT 3.0, encargada de distribuir información sobre incidentes en tiempo real.
A pesar de que faltan poco más de 13 meses para que esta medida entre en vigor, una encuesta reciente realizada por DAC Docencia reveló que el 15% de los conductores todavía desconoce cómo utilizar este dispositivo. La cifra es preocupante, ya que estos sistemas, además de ser más visibles y seguros, jugarán un papel crucial en la prevención de accidentes secundarios al señalizar averías o emergencias en carretera.
Características y funcionamiento
El diseño de las nuevas luces de emergencia responde a la necesidad de ofrecer una alternativa más segura y eficaz a los triángulos de emergencia, especialmente en situaciones de poca visibilidad o peligro en la calzada. Este dispositivo compacto emite una luz intermitente de color amarillo que es visible en un ángulo de 360 grados, incluso en condiciones adversas como niebla, lluvia o baja iluminación. Además, cuenta con una base magnética que permite fijarlo fácilmente al techo del vehículo sin necesidad de salir del habitáculo, reduciendo significativamente el riesgo de atropellos para el conductor.
En el mercado actual, coexisten dos tipos de luces V-16: las analógicas y las conectadas. Ambas cumplen la función de señalización, pero solo las luces conectadas serán válidas y obligatorias en poco más de un año. Estas últimas destacan por su tecnología de geolocalización, que permite al dispositivo enviar en tiempo real la ubicación exacta del vehículo accidentado a la plataforma DGT 3.0, mejorando la comunicación y la prevención de accidentes en las vías.
Las luces conectadas incorporan una eSIM con tecnología NB-IoT (Narrow-Band Internet of Things), capaz de transmitir la ubicación cada 100 segundos mientras el dispositivo esté activado. Esta información se integra en la red de tráfico gestionada por la DGT, que la utiliza para alertar a otros conductores mediante paneles informativos, aplicaciones de navegación y sistemas de movilidad conectada.
Esta conectividad, disponible sin costos adicionales durante un mínimo de 12 años, convierte a la luz V-16 en una herramienta de señalización tanto física como virtual. La combinación de visibilidad directa y alertas digitales permite una respuesta más rápida y efectiva ante situaciones de emergencia, contribuyendo a reducir el riesgo de colisiones secundarias y mejorando la gestión del tráfico.
Coste y requisitos técnicos
Actualmente, el precio de estos dispositivos oscila entre los 20 y 30 euros, un monto que incluye el servicio de conectividad exigido por la normativa. Este servicio garantiza la transmisión de datos durante un período mínimo de 12 años sin cuotas adicionales, lo que asegura su funcionalidad a largo plazo sin gastos recurrentes.
Además del precio, es crucial verificar que la luz V-16 adquirida cumpla con los requisitos legales. Solo los dispositivos certificados por la Dirección General de Tráfico y listados en su apartado de marcas y modelos homologados son válidos para el uso obligatorio a partir de 2026. Entre las especificaciones técnicas destacan una autonomía mínima de 30 minutos de funcionamiento continuo y una fuente de energía -pila o batería- con una vida útil de al menos 18 meses. Estas características garantizan su eficacia en situaciones de emergencia.
Para quienes aún utilizan triángulos o luces analógicas, la DGT recomienda adquirir modelos conectados desde ahora, evitando así una doble inversión antes de que entre en vigor la obligatoriedad. El incumplimiento de esta normativa puede resultar en multas que oscilan entre 80 y 200 euros, dependiendo de las circunstancias de la infracción.