Los agentes de la policía judicial han incautado el equipaje de una mujer colombiana que volaba desde su país de origen hasta Francia con un gran alijo de droga. Concretamente, transportaba 23 kilos de cocaína en su maleta y ha sido detenida de manera inmediata.
Los hechos tuvieron lugar en la tarde del pasado viernes 22 de noviembre en el aeropuerto de Roissy Charles de Gaulle, en París, Francia, donde se encuentra la Oficina Antinarcóticos (Ofast).
Pero la historia que rodea a un hecho tan rutinario para estos agentes del orden se convirtió en una trama parecida a la de cualquier película de narcos, ya que, unas horas más adelante, varios encapuchados volvieron al aeropuerto para intentar entrar en las instalaciones de Ofast.
¿Qué querían los asaltantes? Esa es la pregunta que ahora están intentando resolver las autoridades de Sena Saint Denis (barrio cerca de París), según ha informado la fiscalía de Bobigny. En el lugar, los investigadores han observado numerosos daños materiales como una puerta de cristal totalmente destruida o, en el piso de arriba, la puerta de acceso con signos de haber sido forzada por pesaje. Y aún más importante, en la puerta blindada de Ofast se podían apreciar huellas y marcas de zapatos, procedentes de patadas que no consiguieron abrir la puerta, que daba lugar a zonas sensibles, según ha informado Le Parisien.
Preocupaciones en la seguridad
La policía pudo responder gracias a la activación de la alarma, que frustró la actuación de los asaltantes. No obstante, este intento de robo ha despertado varias preocupaciones por parte de los sindicatos, que denuncian la ubicación estratégica de Ofast, visiblemente desprotegida.
“Hay que tomar esto como una llamada de atención, pero tiene que ser la primera y la última”, ha reaccionado Julien Adubeiro, secretario regional de los servicios centrales de la UN1TÉ (primer sindicato de la Policial Nacional francesa), que llevaba dos años y medio pidiendo reforzar la seguridad con más policías o el cambio de localización de la oficina.
Los traficantes escondieron airtags en la mercancía, un dispositivo desarrollado por Apple que permite encontrar las cosas. Esto es lo que les ha permitido localizar el sitio donde se requisaba la droga y preparar una operación para recuperarla. Se estima que los 23 kilos podían alcanzar varios millones de euros en el mercado.
“Creo que la administración espera que haya una tragedia para reaccionar ante locales que no son aptos para un servicio de policía judicial y más cuando se trata de estupefacientes”, ha explicado Freddy Brossard, portavoz de SNUIPN-FSU (otro sindicato de la policía).
“Es un almacén de mercancías, no son locales adecuados para el trabajo de la policía judicial”, ha insistido Brossard, que también ha resaltado las malas condiciones de trabajo de los funcionarios y las “inhumanas e insalubres condiciones de los detenidos” bajo custodia policial.
A su vez, ha destacado su preocupación por la seguridad de los funcionarios que trabajan allí. “En plena zona del aeropuerto, no hay actividades desde las cinco de la tarde. No estamos a salvo de que el último policía que salga de su oficina sea asaltado y obligado a abrir las cajas fuertes”, ha argumentado el portavoz de SNUIPN-FSU.
“¿Tenemos que llegar al punto de que se robe a los compañeros para que este problema finalmente pueda ser tomado en serio por la administración, por el director general de la policía nacional y por el ministro del interior?”, se ha preguntado Brossard.