¿Qué falla en la lucha contra la violencia de género? De la prevención y protección a las víctimas al abordaje de la masculinidad

El exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, habla con ‘Infobae España’ sobre la importancia de poner el foco en quienes producen el problema, los hombres, y reclama más medios para frenar esta violencia estructural

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¿Qué falla en la lucha contra la violencia de género? De la prevención y protección a las víctimas al abordaje de la masculinidad.

Acabar con la violencia contra las mujeres sigue siendo un desafío en el mundo, y España no es la excepción. En lo que va de año, 41 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, lo que eleva el total de feminicidios a 1.286 desde 2003. El último crimen machista ocurrió en la madrugada de este domingo en Estepa, Sevilla, donde un hombre mató a su mujer con una escopeta y después se suicidó, según ha informado la Delegación de Gobierno de Andalucía, que también ha indicado que la mujer no se encontraba en el sistema Viogén de protección a las víctimas ni había denuncias previas. De hecho, los datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género revelan que la mayoría de las mujeres asesinadas, 31, no había denunciado a su agresor y tan solo cuatro contaban con órdenes de protección vigentes.

Los propios ministerios de Igualdad e Interior han reconocido errores en el sistema de detección de casos de violencia de género y la necesidad de mejorar la coordinación en la red de protección de las víctimas, pero el problema va mucho más allá, pues la violencia de género es estructural y hunde sus raíces en el sistema patriarcal. Para Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, el problema reside, principalmente, en que “no hay medidas suficientes para combatir una violencia que tiene su naturaleza en la construcción social”, y por lo tanto, “hay que trabajar mucho ese entorno de normalidad que de alguna manera la define para poder ser eficaces en su erradicación, así como en la prevención y protección de las víctimas”.

Además de las medidas insuficientes, el experto explica que otro de los problemas es que “hay un foco muy dirigido hacia una parte, la denuncia”, ya que la mayoría de los recursos están centrados en la actuación policial y judicial, “y aunque se inste a las mujeres sistemáticamente a denunciar los casos de violencia de género, esa nunca va a ser la solución”. “Lo que tenemos que trabajar mucho, y que aún no hemos hecho, es la prevención a través de la educación y concienciación, pero sobre todo como algo operativo”, señala.

Y como educar en valores de igualdad y respeto es un proceso que requiere tiempo, Lorente considera que mientras tanto se pueden aplicar medidas más inmediatas como la detección de los casos de violencia machista que existen. “Tenemos que identificarlos, entendiendo que lo que las víctimas priorizan no es la denuncia, porque si no ya lo harían ellas. Lo que las víctimas necesitan es que atendamos su situación, que las ayudemos, que las recuperemos del impacto que tiene la violencia en su salud, porque están sufriendo consecuencias físicas y psicológicas y eso también genera situaciones de mayor vulnerabilidad” para continuar en el círculo de esa violencia, añade Lorente.

Minuto de silencio por el
Minuto de silencio por el asesinato de una mujer en Baiona a manos de su expareja. (PAVI/Europa Press)

Detección de víctimas en el sistema sanitario

Una de las vías de detección de la violencia de género, además de los juzgados y la policía, debe ser el sistema sanitario, señala el experto, pues es el lugar al que todas las mujeres acuden con mayor o menor frecuencia. De hecho, el Sistema Nacional de Salud detectó 16.265 casos de violencia machista en mujeres mayores de 14 años a través de su historia clínica y 7.938 casos por partes de lesiones.

Existe un protocolo específico de detección precoz en atención primaria para este tipo de casos, que establece que el personal sanitario debe estar alerta ante conductas, síntomas o signos que puedan levantar sospechas de violencia de género y ofrece una serie de pasos a seguir para ayudar a las víctimas. Pero algunos profesionales advierten de que no está bien integrado, pues muchos sanitarios no lo siguen. Por ello, Lorente considera que deben destinarse más recursos.

“Hay que desarrollar más medidas para cubrir el espacio que no estamos alcanzando ahora mismo con los medios que tenemos”, porque detectar la violencia de género en el sistema sanitario “sería la forma de identificar, abordar y tratar de romper con la linealidad de esta violencia”, que conlleva tanto agresiones como asesinatos machistas.

Otro de los fallos en la lucha contra la violencia machista, apunta Lorente, es que el foco “no se está poniendo en quien produce el problema”, es decir, en los hombres, pues son quienes “amparan este sistema de valores para beneficio particular” al gozar de unos privilegios heredados de los que carecen las mujeres. Y respecto a los agresores, hombres ya identificados como autores de la violencia machista, “hay que abordarlos para evitar que esa situación continúe, sobre todo en los espacios de conocimiento de situaciones que ya están identificadas”, como es la posibilidad de actuar con las pulseras telemáticas de control a los maltratadores. En ese sentido, cabe destacar que ninguna mujer con protección telemática ha sido asesinada desde que estos dispositivos entraron en funcionamiento en España en 2009.

El experto también considera clave los programas de reeducación para maltratadores, y critica que no sean una prioridad debido a que tienen un menor impacto, pues son muchos los hombres que, pese a haber sido condenados por violencia de género, no se identifican como autores del delito “al considerar que fue la mujer quien lo provocó”. En cambio, si esos programas de reeducación se desarrollaran en fases previas de la denuncia, “muchos hombres participarían ante los posibles beneficios que pudieran tener”.

Manifestación del 8M. (Helena Margarit
Manifestación del 8M. (Helena Margarit Cortadellas)

Abordar la masculinidad como factor de prevención

Lorente insiste en la importancia de abordar la masculinidad a nivel social como factor de prevención, porque mientras “el machismo está mandando mensajes para que los hombres sean hombres de verdad, viriles, con arrojo y determinación, desde las posiciones transformadoras de las políticas de igualdad no se está trabajando sobre la masculinidad para que dejen de ser hombres con el recurso a la violencia”. En ese sentido, el docente pone como ejemplo el caso de Iñigo Errejón, quien el pasado 24 de octubre dimitió como portavoz de Sumar y dejó su escaño en el Congreso tras acusaciones de violencia machista, pues a pesar de que sus mensajes abanderaban la igualdad, seguía teniendo una masculinidad ligada a la identidad.

“Puedes ser una persona que tenga un discurso maravilloso, pero si no mueves tu masculinidad, al final es ella la que te va a decir cómo actuar ante determinadas circunstancias, porque la identidad está antes que la ideología”, explica. Por ello, este tipo de casos evidencian que “hay que trabajar en quien genera el problema y no solo en las consecuencias”.

Pese a la falta de recursos, también ha habido avances importantes en materia de igualdad, como la ley del “solo sí es sí”, que ha supuesto un cambio de paradigma a la hora de juzgar los delitos sexuales, al basarse en el consentimiento, y ha creado un amplio paraguas de protección para las víctimas de esa violencia; o como la ley trans, que avala la autodeterminación de género e introduce otros avances para la comunidad LGTBI, así como la garantía del derecho al aborto. Además, concluye Lorente, el número de asesinatos machistas también ha disminuido notablemente desde 2003, casi un 30%, según datos del Ministerio del Interior.

Para este lunes 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la Comisión 8M del Movimiento Autónomo Feminista de Madrid ha convocado a una manifestación que partirá a las 19 horas desde Atocha bajo el lema “Juntas, el miedo cambia de bando”, con el que hacen un llamamiento amplio a las mujeres para organizarse contra todas las violentas machistas.

El Ministerio de Igualdad alerta de una situación de "emergencia" por violencia machista en España.

* El 016 atiende a todas las víctimas de violencias machistas las 24 horas del día y en 52 idiomas. También el correo 016-online@iguadad.gob.es. En WhatsApp en el 600000016 y en el chat online desde la página web de la Delegación del Gobierno contra la Violencia Machista. Si una mujer se encuentra en una situación de emergencia, también puede llamar al: 112 Emergencias, 091 Policía Nacional y 062 Guardia Civil. Si no puede llamar, puede recurrir a la aplicación Alertcops, que envía una alerta con su ubicación a las fuerzas de seguridad.

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