El proceso judicial por el caso Mazan ha entrado en su recta final tras las últimas declaraciones de Gisèle Pelicot, víctima de violación, y Dominique Pelicot, acusado de drogar a su mujer durante cerca de una década para que otros hombres abusaran de ella. Las agresiones quedaron grabadas en vídeo y almacenadas en el ordenador de Pelicot. A través de ellas, se pudo localizar a otros 49 hombres que pasaron por el domicilio del matrimonio, así como un ‘aprendiz’ del señor Pelicot, que siguió su modus operandi con su propia esposa.
En total, son 51 los acusados, de entre 26 y 74 años de edad, los implicados en unos actos que Gisèle Pelicot calificó de “barbarie” al inicio del proceso. No todos ellos enfrentan las mismas condenas: mientras unos serán juzgados por un delito de violación agravado, otros reducen su actuación a un abuso sexual, al no haber constancia de penetración.
Este lunes, continuarán los alegatos de los abogados de la defensa, que en muchos de los casos intentan demostrar la inocencia de sus clientes, pese a que aparecen en primer plano en los vídeos de Pelicot. Los letrados insisten en la falta de intención de sus acusados, que fueron supuestamente engañados por el acusado principal para cometer las agresiones.
Hasta 20 años de cárcel
El Código Penal francés establece una condena de 20 años de prisión al delito de violación en casos con agravantes. Entre ellos, “cuando sea cometido sobre una persona cuya una vulnerabilidad particular por su edad, una enfermedad, una deficiencia física o psíquica o un estado de embarazo, sea aparente o conocida por el autor”, sobre una persona “en estado de ebriedad o bajo los efectos de productos estupefacientes” o cuando sea cometida por la pareja de la víctima.
Sin embargo, la legislación francesa exige que haya algún tipo de penetración “de cualquier naturaleza” para que constituya delito de violación. Desde el año 2021, cualquier “acto buco-genital” se considera igualmente violación. En aquellos casos en los que estos hechos no puedan ser demostrados, los acusados enfrentarían una condena por un delito de agresión sexual agravado, lo que conlleva sentencias de máximo 7 años y 100.000 euros de multa.
¿Cadena perpetua para Dominique Pelicot?
Gisèle Pelicot afirmó a principio del proceso judicial que no había sido capaz de ver los vídeos guardados por su marido durante años, pero tuvo que enfrentarse a ello en el momento de preparar el juicio, que no pudo ver los vídeos durante años, hasta el momento de preparar el juicio. “No me reconozco, son escenas de violación. Estoy en mi cama, inerte, dormida y ellos me están violando”, declaró en el juicio. Para ella, no obstante, violación no es la palabra correcta, es “barbarie”. “Es insoportable, insostenible, estoy anestesiada en mi cama. Fui sacrificada al altar del vicio”, contó.
Esa valoración puede significar un cambio de condena para el señor Pelicot, recordaron los abogados de la defensa el pasado martes 19 de noviembre. El artículo 222-26 del Código Penal francés condena a cadena perpetua a los delitos de violación que están “precedidos, acompañados o seguidos de torturas o actos de barbarie”. Se trata de la pena más severa que se puede imponer en el ordenamiento jurídico francés, que solo contempla la libertad condicional después de 30 años en prisión. Al ser la más grave, no es un castigo que se ponga a la ligera: desde 1994, solo se ha utilizado en cinco ocasiones y suele reservarse para casos de asesinato y atentados, como fue el caso de ‘Carlos El Chacal’.
Así, Paul-Roger Gontard, defensor de uno de los acusados, insistió en esta cuestión durante la última declaración de Gisèle. “Esta noción de ‘barbarie’, en el derecho, tiene un significado particular. Para usted, ¿sería necesario considerar que había una gravedad particular suficiente para calificar los hechos como actos de barbarie?”, preguntó a la mujer. Ni sus abogados ni ella han traído esta cuestión al frente en ningún punto, recordó Gisèle, y es poco probable que la parte civil la solicite. Habrá que esperar a conocer las penas que impondrá el tribunal en la sentencia, prevista para finales de diciembre.