En 2015, Éloi, un niño francés de un año, enfermó tras varios días con fiebre. En Bergerac, una localidad de cerca de 27.000 habitantes, le diagnosticaron una infección, pero fue trasladado a Périgueux, otra ciudad cercana de un tamaño similar, debido a la falta de camas en el área de pediatría. Allí se le realizaron varios exámenes y se le administraron antibióticos, y luego fue dado de alta.
Durante el siguiente año, presentó “síntomas leves” que indicaban la existencia de alguna enfermedad, pero que no parecían graves. Pero al día siguiente de su segundo cumpleaños, perdió el conocimiento. Fue llevado al hospital, pero ya era demasiado tarde: el niño falleció a causa de un infarto. ¿Cómo es posible que esto ocurriera a una edad tan temprana? Según el médico forense, se trató de la “enfermedad de Kawasaki”, una afección poco habitual caracterizada por la inflamación de los vasos sanguíneos en todo el cuerpo, según cuenta el medio local La Dépêche. Es una enfermedad grave, pero no mortal, si se detecta a tiempo.
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Pero esto no es tan sencillo. Sus síntomas son genéricos —fiebre, sarpullidos, enrojecimiento de los labios o conjuntivitis— y no existe una prueba específica para descubrir su presencia. Sin embargo, en este caso, según ha relatado la madre del niño a los medios franceses, cuando llevó a su hijo al hospital un año antes, los médicos sí consideraron la posibilidad de esta enfermedad, pero la descartaron rápidamente y le dieron el alta “sin recomendaciones de seguridad”.
Por ello, tras la pérdida de su hijo, la madre presentó una denuncia. En noviembre, el tribunal declaró culpable de homicidio involuntario a la pediatra del hospital de Périgueux y la condenó a seis meses de prisión con suspensión de la pena. Por su parte, la responsabilidad del hospital será evaluada por un tribunal administrativo. La doctora y su abogada están considerando presentar una apelación.
Falta de médicos en Europa
La noticia de la resolución de este caso llega al mismo tiempo que la publicación de un informe que muestra la saturación de la sanidad europea y la falta de especialistas. El estudio Health at a Glance 2024, elaborado por la Comisión Europea y la OCDE, calcula en 1,2 millones de personas la falta de empleados en el sector de la salud en todo el continente. Un problema que el envejecimiento de la población no hace más que agravar.
Según el informe, más de un tercio de los médicos y un cuarto de las enfermeras tienen más de 55 años y esperan retirarse en los próximos años. A su vez, la población joven tiene cada vez menos interés por las Ciencias de la Salud, en gran parte por las precarias condiciones laborales que se relacionan con estas carreras. El problema se extiende por gran parte del territorio de la Unión Europea: 21 países informaron que sufren escasez de médicos en la segunda mitad de 2022 y en la primera de 2023, mientras que otros 16 países adolecían de una falta de enfermeras.