El precio de la gasolina y del diésel es uno de los quebraderos de cabeza para los conductores a nivel mundial. Su evolución ha sido exponencial, hasta el punto de pasar de menos de un euro el litro a estar cercano a los dos. Esa razón ha hecho que millones de personas busquen los lugares en los que se vende carburante low cost.
Esta acción supone un ahorro para el bolsillo, al ser más barato que otras cadenas más reconocidas en el sector. De acuerdo con los estudios más recientes. ocho de cada diez personas en España ya recurren a este tipo de carburante. Sin embargo, siempre ha estado la duda de si esos gasóleos de precio reducido son buenos o malos para la vida del motor y del vehículo. Así, hay una prueba que confirma sus efectos y revela si son iguales o no a los carburantes más caros, tal y como indica un artículo del medio Autopista.
Qué dice la ley sobre los carburantes en España
En primer lugar, hay que saber que, según la OCU, tanto la gasolina como el diésel que se suministra en España proviene de las refinerías, de las que en España hay únicamente nueve en funcionamiento. De ellas es de donde después se alimentan las gasolineras del país para la posterior venta al consumidor. Además, los combustibles de base que se aportan son idénticos, independientemente de la cadena receptora, por lo que no hay diferenciación entre una marca y otra en ese sentido.
Así, todas cumplen los requisitos básicos mínimos de calidad y propiedades, que viene bajo la regulación de la ley que garantiza el uso seguro del carburante en los motores de los vehículos. Sin embargo, es cierto que pueden existir diferencias entre uno y otro producto en dependencia de los aditivos que cada proveedor decida añadir para su posterior puesta en circulación.
Otro factor relevante es que todos los combustibles tienen aditivos, aunque hay que recalcar que en muy pequeñas cantidades La diferencia es que habrá algunos que añadan uno u otro elemento extra, que puede ser conocido o secreto, como es el caso de Repsol, Cepsa o BP, tres gigantes del sector.
La prueba que desmiente los mitos
Los expertos de la OCU han salido a desmentir que las gasolinas más caras tengan mejores rendimientos en relación con las low cost. “Los efectos de los aditivos sobre los motores y sobre el consumo de gasolina no parecen muy comprobables”, explican. “No hay forma de determinar cuánto habría durado ese motor si no hubiera utilizado esa gasolina”, añaden para evidenciar que no hay indicios de que una de más prestaciones que la otra.
En el ámbito del consumo, también han podido demostrar que no hay diferencias en el combustible. “Tras miles de kilómetros recorridos, no encontraron diferencias apreciables”, explican. Por lo contrario, también desarrollan que cosas hacen que se incremente el gasto. Así, describen que “lo fundamental es elegir un coche de bajo consumo y manejar el vehículo con una conducción eficiente”.