La Comisión Von der Leyen 2.0 saldrá adelante, pero la “mayoría estable” en el Parlamento Europeo queda debilitada tras la ‘crisis Ribera’

Los vetos cruzados entre populares y socialdemócratas dejan una coalición endeble y sin confianza entre sus miembros. El PPE tiene la última palabra de la gobernabilidad: ¿La gran coalición o la “mayoría Venezuela”?

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Teresa Ribera, en el Parlamento Europeo. (Belga/Europa Press)
Teresa Ribera, en el Parlamento Europeo. (Belga/Europa Press)

El Parlamento Europeo votará a su Colegio de Comisarios el 27 de noviembre y, de salir ratificado, la Comisión Von der Leyen 2.0 podrá dar sus primeros pasos a partir del 1 de diciembre. La ‘crisis Ribera’ termina como empezó, con la aprobación de los comisarios y sus seis vicepresidentes ejecutivos, después del ‘sí’ del PPE a la candidata española Teresa Ribera y de haber hecho lo propio los socialistas con el candidato de Meloni, Raffaele Fitto. Se da por hecho, por tanto, el aprobado de Stéphane Séjourne, Kaja Kallas, Henna Virkunnen, y Rozana Minzatu.

Pero este culebrón entre las tres familias políticas de la llamada gran coalición (PPE, S&D y Renew) ha reflejado una mayoría endeble en el Parlamento Europeo y, sobre todo, una desconfianza absoluta entre sus miembros. Sí, el acuerdo de legislatura entre Mark Weber, el líder de los populares europeos, e Iratxe García, la líder de los socialdemócratas, asegura sacar adelante los votos del miércoles por mayoría simple, y fija lo que han llamado una “hoja de ruta” para la presente legislatura, pero en ningún momento da garantías de que se consigan siempre las mayorías necesarias para sacar adelante futuras medidas.

Y es que lo que está claro es que las mayorías en esta Eurocámara han cambiado, y dar un paso en falso puede hacer que sea ingobernable. Si en la anterior legislatura, el cordón sanitario se sustentaba en los tres grandes partidos, ahora los números no salen. Por eso, en julio, Von der Leyen incluyó en la ecuación a Los Verdes, cuya disciplina de voto permitió la investidura de la germana en 2019.

Pero la formación que colideran Bas Eickhout y Terry Reintk tendrá que ver la futura Comisión desde fuera. No cuenta con comisarios y, en general, con ningún puesto de peso en el Ejecutivo (algo que sí ha conseguido el grupo de Meloni con una vicepresidencia). Lo único que les une a los populares es un compromiso con el Pacto Verde, un acuerdo que ya ha quedado claro que ocupará un segundo plano en estos cinco años.

El PP debe escoger: con los europeístas o los euroescépticos

De ahí que el PPE haya quedado dividido en dos bandos: uno mantiene su preferencia por un bloque europeísta, la mayoría “estable”; pero otro sector popular se está dejando seducir por una mayoría alternativa, la bautizada como “Mayoría Venezuela”, formada por los grupos euroescépticos de los Conservadores y Reformistas de Meloni, los Patriotas por Europa de Orbán y la Europa de las Naciones Soberanas de Alternativa para Alemania. Parece rocambolesca una unión con aquellos que han declarado querer “ocupar Bruselas” y dinamitarla desde dentro, pero desde 2022 los populares ya han demostrado estar dispuestos a pactar para sacar adelante medidas en la Eurocámara.

El PSOE defiende la gestión de Teresa Ribera.

Más divisiones en el PPE se verán en la votación final, donde la delegación española, liderada desde Madrid por Alberto Núñez Feijóo, y en Bruselas por Dolors Montserrat y Estaban González Pons, continúa sublevada y ya ha asegurado que sus 22 eurodiputados —de 188 que tiene el PPE— votarán ‘no’ a Ribera y, por tanto, a todo el Colegio de Comisarios, ignorando así la orden de Webber. Pero salvo sorpresa mayúscula, la Comisión saldrá adelante, ya que solo requiere la mayoría simple de la Eurocámara, aunque parece imposible que se alcance la mayoría absoluta de los 401 votos en julio.

Además, la batalla personal entre su líder, Mark Webber y Von der Leyen no ayuda a escoger una senda clara. Lo que se da por seguro es que quien lleva la batuta en este juego de las mayorías es el PPE, y la gobernabilidad de la UE dependerá de qué vía escoge en un año clave para la autonomía estratégica del bloque comunitario.

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